Una vez más el dolor se multiplica entre los cubanos que recordamos el horrendo crimen perpetuado 44 años atrás tras el sabotaje al avión de Barbados.

Aquel 6 de octubre del año 1976 marcó repetidas jornadas de luto en la historia de Cuba. El siniestro en pleno vuelo causado por un ataque terrorista cobró la vida a 73 personas inocentes a las que hoy el pueblo continúa recordando y honra sus memorias a través de la codena enérgica a tan abominable suceso.

Aquel fatídico día cuando un avión de cubana se dirigía desde la Isla de Barbados hacia Jamaica con destino a la capital habanera ocurrió uno de los más brutales actos terroristas ejecutados por personas al servicio de la Agencia Central de Inteligencia (CIA) y la contrarrevolución cubana para los que nunca cayó el peso de la ley.

Aun después de la muerte de los considerados principales organizadores del acto terrorista: Orlando Bosch y Luis Posada Carriles en 2011 y 2018 respectivamente, el pueblo de Cuba continúa apelando a la justicia por aquellos seres que perdieron su vida impunemente, por su memoria, por aquellos familiares que dijeron adiós sin despedidas, por la dignidad de todo un pueblo que padece la ignominia de la crueldad antirrevolucionaria.

Hay heridas que no suturan y subsisten eternamente para hacernos recordar cuanto dolor costó el resquicio, entre ellas está el acto aborrecible de aquel 6 de octubre cuando un pueblo entero, enérgico y viril padeció ante el deceso injusto de sus hijos.

Hoy a un poco más de cuatro décadas, Cuba no ha cesado de exigir justicia junto a los familiares de las víctimas y ha levantado su voz acusadora ante la impunidad por la protección brindada a los ejecutores durante todos estos años por el imperio del norte.

A esos caídos por el siniestro terrorista, el pueblo cubano los mantendrá eternamente vivos en cada rincón de nuestra lucha revolucionaria. (BSH)

Asarys Posada

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