Las arbovirosis son enfermedades producidas por virus que afectan al hombre y son trasmitidas por mosquitos.
Hasta el momento actual, no contamos con vacunas que puedan eliminar estas enfermedades, como son: la fiebre amarilla, el sika, el chikunguña y el dengue.
Les propongo abordar el virus del dengue, del cual se conoce la existencia de 4 serotipos, caracterizados por un virus RNA de filamento único no segmentado, con propiedades antigénicas diferentes. Los virus dengue 3 y 4 son los responsables de las epidemias con mayor número de casos graves y muertes.
Las epidemias suelen surgir en cualquier lugar donde existan vectores (mosquito Aedes Aegypti y otros tipos) y se introduzca el virus, tanto en zona urbana como rural. Los brotes generalmente ocurren en verano y asociados a la temporada de lluvia, pues en los reservorios de agua es donde las hembras ponen los huevos.
Para que ocurra el brote debe estar presente la triada epidemiológica, es decir el enfermo, el mosquito trasmisor y el huésped susceptible, si aislamos los enfermos y controlamos el vector (mosquito) estamos entonces en condiciones de evitar que las personas se enfermen.
El hábitat del mosquito es predoméstico, los criaderos más comunes son los neumáticos usados, los tanques de agua, baldes, recipientes vacíos, macetas de plantas, floreros con agua, los agujeros de los árboles, embaces vacíos, bebederos para animales, cáscaras de huevos, y cualquier objeto que almacene agua en su interior. Su área de vuelo es entre 200 y 300 metros pero puede viajar en trasporte a lugares más lejanos.
En Cuba la primera epidemia fue en 1977, la segunda en 1981, cuando fallecieron 118 personas, de ellos 101 niños, la tercera ocurrió en 1997 donde fallecieron 12 personas todos mayores de 16 años.
La infección por el virus del dengue puede cursar asintomática o con escasos síntomas que a veces pasan inadvertidos. Los principales síntomas que pueden aparecer acompañados o en solitario son coriza, conjuntivitis, comienzo agudo de fiebre, dolor de cabeza, dolor detrás de los ojos, dolores musculares o articulares.
Otros síntomas pueden ser a veces en solitario erupción cutánea, en el torax y en los brazos, pérdida del apetito y el gusto, sangramientos por la nariz y hemorragias gingivales (en las encías), el dolor abdominal y diarreas son señales de complicación.
Los exámenes complementarios, junto a las manifestaciones clínicas, permiten a los profesionales de la salud sospechar de la enfermedad, pero sólo las pruebas serológicas igE e igM, entre el sexto y séptimo día, permiten el diagnóstico definitivo y ellas se realizan en Cuba en el Instituto Pedro Kuri (IPK) ubicado en La Habana.
Para hablar del tratamiento, primero debemos dividirlo en medidas preventivas, medidas generales y tratamiento farmacológico.
Las medidas preventivas son aquellas dirigidas a la educación sobre la higiene personal y ambiental (evitar criaderos de mosquitos), protección con repelentes, mosquiteros, telas metálicas en las ventanas y la aplicación de insecticidas y la fumigación.
Hablamos de medidas generales cuando nos referimos a ingresos en centros de aislamientos u hospitales según la gravedad, la búsqueda de casos y fuentes de infección, búsqueda de casos febriles, destrucción y tratamientos de los criaderos de mosquitos.
El tratamiento farmacológico tiene como objetivo inicial y en casos leves, aliviar los síntomas, reposo en cama, bajo el mosquitero, abundantes líquidos y suministrar medicamentos para el dolor y la fiebre, nunca aspirina. En casos graves el objetivo es conservar la hidratación y combatir los trastornos de la coagulación. (adm)