Mayabeque, Cuba: Parafraseando una conocida canción infantil el patio de Damaris Fonseca y Wiliam Ponce llueve y se moja como los demás, pero también el matrimonio aprovecha las bondades de la tierra en la alimentación diaria durante los tiempos difíciles de pandemia.
Tras el intenso laboreo de la pareja en la Finca Axila, del municipio Melena del Sur, el entorno de la vivienda es un vergel en el que florecen pródigos los frutos de los mangos, chirimolla, plátano y el café caturra, que nos ofrece sonriente en humeantes tasas la conversadora Damaris.
Nerviosa ante la entrevista su locuacidad se transforma en parquedad, no obstante, se refiere a la importancia de aprovechar cada pedacito de tierra para resolver las más ingentes necesidades alimentarias en medio de las circunstancias actuales.
“Tiene gran importancia para la economía de nosotros, para la casa, aquí tenemos un solo salario, ahora estamos en los preparativos de la tierra para sembrar arroz, imprescindible en una casa y esto nos ayuda mucho porque en realidad todo está súper caro. El arroz que es lo más difícil que está de conseguir nosotros lo vamos a cosechar”.
“También pertenecemos a la Cooperativa de Créditos y Servicios (CCS), en la que cultivamos plátanos de diferentes variedades, boniato, tomate y como parte del movimiento de mujeres creadoras participamos en todas las actividades de carácter social y cultural de la Cooperativa”, agregó la campesina.
Ya casi al despedirnos, William, acompañado de dos amigos, con inusual destreza plantaban en el pequeño dique de besana y media, las posturas de arroz del que esperan recoger entre 20 y 30 quintales para el autoabastecimiento familiar, sabia y loable decisión en medio de los actuales desafíos económicos. (adm)
