El reloj marca las 5:00 AM y Maira Gallardo Rodríguez se levanta a realizar los quehaceres de su hogar, como cada mañana, para a las 8 en punto incorporarse a su puesto de trabajo como despalilladora, desde hace 35 años.
Esta señora es de estatura pequeña, cabello de abundante cana, voz tenue y unas manos prodigiosas, pues justamente estas son las que con el decursar de los años le han facilitado su labor constante y precisa con el tabaco como fiel aliado.
El tabaco representa un imprescindible cuando de la tradición cubana se habla. El arraigo del hombre a realizar trabajo con esta materia prima es una de las líneas que más ofertas de empleo facilita, además que resulta de gran importancia para la economía del país.
La Unidad Empresarial de Base (UEB) Despalillo Eduardo García Delgado, del municipio de Quivicán, es el centro de trabajo que acoge a Maira, dónde hace casi cuatro décadas camina por sus espacios haciendo magia con sus manos.
Gallardo Rodríguez recalca que, para mantener la estabilidad por tantos años, en el mismo puesto laboral, con el valor agregado del sacrificio, tiene que ver sobre todo con el amor que se le tenga y las ganas de hacer y contribuir desde una mesa a la economía cubana.
“La juventud no es muy amante a este trabajo y la mayoría dura poco entre nosotros pues es muy sacrificado y una tarea de convicción”, afirma Maira Gallardo.
Esta mayabequense ha dedicado la mayor parte de su vida al trabajo desde una mesa, una silla y sus manos sobre la hoja de tabaco para aportar desde su simple posición a mantener la estabilidad económica cubana, justamente desde una de las labores más sacrificadas, pero es de destacar su sapiencia, amor y resistencia, cualidades que la han llevado a lo que es hoy, una mujer digna de admiración entre sus compañeras. (IVP)