Camagüey, Cuba: Académicos caribeños se reúnen en Cuba para participar en el II Taller Nacional de Historia Colonial, que comienza hoy en esta ciudad patrimonio.
Este evento, auspiciado por la Unión Nacional de Historiadores de Cuba, es un ejercicio regional que vincula pasado y presente en la búsqueda de identidades culturales auténticas.
Desde este miércoles 14 de mayo, la ciudad de Camagüey se convierte en epicentro del pensamiento descolonizador, donde investigadores de Cuba y el Caribe analizan cómo los procesos históricos del siglo XIX moldean las realidades contemporáneas.
“Reinterpretar nuestra colonia es un acto de soberanía intelectual”, afirma el Dr. Fernando Manzo, presidente de la Unión de Historiadores local.
El evento destaca por su enfoque caribeño, con ponencias como la de Gerardo Cabrera sobre el tráfico transatlántico de esclavos en Puerto Príncipe, estudio que revela cómo el sistema esclavista configuró desigualdades sociales aún perceptibles.
“Las rutas comerciales de ayer explican las migraciones y diásporas culturales de hoy”, señala el experto del Archivo Nacional de Cuba.
La coordinadora científica del taller, Kezia Henry Knight, enfatiza que el Caribe comparte cicatrices coloniales comunes, pero también resistencias culturales que hoy son faro identitario. Como ejemplo, cita las rebeliones de esclavos y el sincretismo religioso como fenómenos fundacionales de la región.
El programa incluye recorridos por el Centro Histórico de Camagüey, declarado Patrimonio de la Humanidad, donde arquitectura y urbanismo coloniales dialogan con expresiones culturales vivas. “Estas calles son un palimpsesto: bajo cada capa de cal española late herencia taína y africana”, comenta un historiador local.
Entre las sesiones más esperadas figura el análisis comparado de los procesos independentistas caribeños y sus diferentes modelos de construcción nacional, tema clave para entender las actuales relaciones internacionales en la región.
El taller concluirá con una declaración que propone estrategias educativas para enseñar historia colonial desde perspectivas no eurocéntricas. «Queremos que los niños caribeños se reconozcan como herederos de indígenas rebeldes, cimarrones y mambises, no como apéndices de conquistadores», explica una profesora participante.
Este encuentro refuerza el papel de Cuba como puente intelectual del Caribe, demostrando que la descolonización cultural empieza por reescribir colectivamente la historia.