El Parque Central, llamado en su momento Plaza de Recreo y también “Arango y Parreño”, donde se ubica la iglesia católica, está delimitado por las calles Máximo Gómez, Trujillo, San Julián y Habana, y posee real condición de paseo público.

Situado en el centro de Güines es un lugar para visitar en familia, sentarse junto amigos, o simplemente permanecer solo para disfrutar del aire puro, los jardines, la sombra de los árboles, y observar el ir y venir de los pobladores.

En  la historia se conoce que fue hasta el año 1857,  en que vino a ser un verdadero paseo público.

Según fueron pasando los años el lugar continuó siendo de los más visitados por los propios güineros o personas de otros lugares de la geografía cubana.

Muchas han sido las generaciones que disfrutaron de los paseos alrededor de este maravilloso lugar  donde la  iglesia luce majestuosa a lo largo del tiempo, los árboles que lo rodean crecen sin reparos y la fuente (actualmente en proceso de reparación)  sedujo a enamorados y pueblo en general.

Cuánta belleza albergaba el parque tras recibir nuevos bancos, las farolas con su alumbrado tan necesario en las noches, los jardines cuidados, los cestos de basura en las esquinas para mantener limpieza e higiene.

Pero hoy la realidad es otra…  visitas el lugar  y una gran cantidad de asientos les falta los peldaños de madera para sentarse, las farolas carecen de bombillas, y qué decir de la limpieza, por cualquier lado encuentras papeles, botellas de cristal de bebidas,  latas de refrescos y cervezas,  todo provocado por las indisciplinas sociales, situación  más recurrente en días de fiesta y conciertos.

Los trabajadores de comunales  barren diariamente el parque central, pero si la población no colabora con el cuidado y  protección del lugar muy pronto las familias dejarán de sentarse y disfrutar de esa brisa maravillosa, de los jardines, la sombra de los árboles, observar el ir y venir de los transeúntes… que hacen  de ese parque un lugar maravilloso y especial.