La seguridad vial más que una tarea de estricto cumplimiento para todos constituye una actitud ante la vida, así, la precaución se convierte en la única opción viable para evitar los accidentes.
Entre los factores de riesgo aparece la escasa percepción del peligro por parte de la población; la existencia de un parque vehicular deteriorado con limitaciones técnicas, así como deficiencias en el estado de la infraestructura vial.
Por tales razones, los conductores no deben emplear audífonos, ni teléfonos celulares, ni pantallas con audiovisuales, o música alta, pues son entretenimientos que atentan contra su concentración.
No respetar el derecho de vía, el exceso de velocidad, los defectos técnicos y la conducción bajo los efectos del alcohol, son causantes claves de desfavorables contingencias.
Indudablemente, ni las multas, ni la suspensión temporal y definitiva de licencias de conducción, ni el decomiso de vehículos, son suficientes si no tomamos conciencia y precaución al conducir.
No obstante, debe insistirse en la necesidad de actuar con mayor rigor ante las negligencias que provocan eventos de esta naturaleza; así como el alto compromiso administrativo en el sector estatal, el de mayor incidencia, por cuanto en diversas ocasiones se detectan vehículos transitando sin la inspección técnica requerida.
Preservar la vida de las personas y fortalecer las medidas de prevención y enfrentamiento ante aquellas indisciplinas viales que más impacto poseen en la accidentalidad constituyen acciones cotidianas si tenemos en cuenta los elevados índices de víctimas por estas causas.
Tomado de Radio Camoa