La Habana: Para informar sobre los avances del ensayo clínico fase III de Abdala, el ensayo con Soberana Plus en convalecientes y el escalado productivo de los candidatos vacunales cubanos, directivos e investigadores del Centro de Ingeniería Genética y Biotecnología, el Centro de Inmunología Molecular y el Instituto de Hematología comparecieron este jueves en la Mesa Redonda.
El lunes 19 de abril comienza la aplicación de la tercera dosis de Abdala
En una entrevista grabada en Santiago de Cuba para la Mesa Redonda, la Dra. Verena Muzio González, directora de Investigaciones Clínicas del Centro de Ingeniería Genética y Biotecnología (CIGB) dijo que el estudio clínico fase III del candidato vacunal Abdala comenzó el lunes 22 de marzo con la inclusión de los primeros pacientes y la aplicación de la primera dosis entre ese día y el sábado 3 de abril.
En el estudio fueron incluidos 48 291 voluntarios en las provincias de Santiago de Cuba, Granma y Guantánamo, donde se habilitaron 46 vacunatorios en más de 20 unidades asistenciales. “Santiago de Cuba tiene el peso fundamental en el número de voluntarios, con más de 30 000”, precisó.
El lunes 5 de abril comenzó la aplicación de la segunda dosis, que debe culminar este sábado. “Hasta el presente, una de las características que ha tenido el estudio es la buena adherencia de los voluntarios al protocolo de investigación”.
La Dra. Muzio informó que el lunes 19 de abril comienza la aplicación de la tercera dosis de este ensayo. “Como ya se ha dicho en otras ocasiones, tenemos un sistema de vacunación compacto de tres dosis a aplicar cada 14 días, lo que obliga a un ritmo de trabajo con una intensidad superior”.
En los ensayos −dijo la directora de Investigaciones Clínicas del CIGB− participan “una enorme cantidad de especialistas jóvenes, que, si bien no tienen mucha experiencia laboral, sí tienen muchos deseos de aprender y hacer las cosas bien. Considero que es un elemento importante a reconocer. Quiero reconocerlo no solo en los investigadores, sino también en los voluntarios, pues la edades que estamos incluyendo en el estudio, de 19 a 80 años, tenemos también muchos jóvenes que son parte de la investigación como voluntarios, dando también su granito de arena a la investigación.
“Consideramos que el estudio marcha conforme al cronograma previsto y se están ejecutando las acciones según lo establecido. Estamos realmente muy contentos por todo el trabajo que se está haciendo en función de de esta importante investigación”, concluyó sus declaraciones para la Mesa Redonda la Dra. Muzio desde Santiago de Cuba.
¿Por qué y para qué Soberana Plus?
Al comenzar su intervención en la Mesa Redonda, el Dr. Arturo Chang Monteagudo, del Instituto de Hematología e Inmunología (IHI), investigador principal del ensayo clínico Soberana Plus, dijo que desde el principio de la pandemia se recogieron evidencias científicas de que las personas infectados por el Sars-CoV-2, después de padecer la enfermedad COVID-19, podían tener pasado el tiempo una disminución de los anticuerpos protectores y se fue demostrando que era posible la reinfección.
“En nuestro país esto se evidenció tempranamente a través de los estudios del Programa Nacional de Sangre con personas convalecientes donantes de plasma para el tratamiento de otros enfermos, y del Centro nacional de Genética Médica, que había muchos convalecientes con títulos de anticuerpos que ya no eran protectores y, a medida que pasaba el tiempo, iban decayendo los anticuerpos.
“Así es como surge la idea de un candidato vacunal para despertar la inmunidad nuevamente de esas personas que habían estado en contacto por primera vez con el virus. Se diseña Soberana Plus, un candidato vacunal basado en la misma plataforma de Soberana 01 y 02, para despertar los clones de memoria y mejorar la inmunogenicidad en estas personas.
“Hay un segundo valor agregado. Luego se comprueba que no solo es una vacuna útil en convalecientes, sino que puede funcionar como un refuerzo de la inmunidad y ser aplicada, como tercera dosis, a personas que han sido primovacunadas con la Soberana 02 y han recibido dos dosis”.
Soberana Plus: Resultados y perspectivas
Recordó que se comenzó la fase I “para probar de forma primaria la seguridad de este candidato vacunal en 30 personas convalecientes de COVID-19, que tenían bajos niveles inmunitarios. Era un grupo formado por 10 pacientes que habían tenido una COVID-19 ligera, otros 19 una COVid-19 asintomática y 10 que solo tenían anticuerpos IgG contra el virus pero nunca habían tenido un PCR positivo ni un diagnóstico positivo, pero la presencia de esos anticuerpos indicaba que habían estado en contacto con el patógeno”.
En el protocolo se estableció un tiempo de al menos dos meses desde la enfermedad para tener seguridad que los anticuerpos que se detectaban provenía probablemente del efecto de la vacuna y no del efecto de la enfermedad.
“Ese ensayo clínico fase I, que terminó el 13 de febrero y cuyos resultados finales justo se han terminado prácticamente de procesar, se demostró que el candidato vacunal Soberana Plus es muy seguro. Solamente se reportan eventos adversos locales, ningún evento adverso grave relacionado con la vacuna, y se encontró preliminarmente que es un candidato vacunal que en una sola dosis es altamente inmunogénico.
“Las personas que recibieron el candidato vacunal, en su mayoría tuvieron cuatro veces los anticuerpos protectores neutralizantes contra el virus que tenían al principio de la enfermedad; incluso, algunos sujetos elevaron sus anticuerpos hasta 20 veces con respecto a los iniciales.
“Al mismo tiempo, se hicieron ensayos de neutralización viral en los que se encontró que la neutralización de esos anticuerpos contra el virus −claro en un ambiente de laboratorio− podía neutralizar la entrada del virus a la célula”, explicó el especialista.
En la fase II del ensayo clínico, ya aprobada por el Cecmed, se van a incluir 450 convalecientes de COVID-19. “Al mismo tiempo se va a dividir en dos etapas. Una fase II A, en la cual habrá 20 convalecientes entre los 60 y los 80 años de edad, que no habían sido incluidos en el fase I (ninguno de los 30 anteriores tenía más de 60 años). Esta fase II A tiene un diseño muy parecido a un ensayo clínico fase I, porque su diseño está encaminado a demostrar que este candidato vacunal también es seguro en una población de estos grupos de edades.
“Después viene una fase II B, que está condicionada por los resultados de la fase II A. En esta se van a incluir 430 personas y tendrá una característica: sí se va a incluir un placebo. El placebo es una formulación muy parecida a la vacuna, pero que no contiene el antígeno vacunal. Es la única forma de probar en un ensayo clínico que realmente el efecto que se dice que tiene el producto está provocado por el antígeno de la vacuna. Con una particularidad: de estas 430 personas, el placebo solamente serían 86 personas.
“Si los ensayos clínicos no siguieran todas las de la ley, probablemente ya Cuba tendría una vacuna y estuviera vacunada toda su población. Esa es una de la preocupaciones del pueblo: ¿por qué ya no se está vacunando masivamente? No se está vacunando masivamente porque hay que seguir una serie de pasos de investigación para proteger a las personas, y para demostrar que el producto, en este caso la vacuna que se va a licenciar, es un producto seguro, inmunogénico y es eficaz”.
Sobre las perspectivas que ven los especialistas en Soberana Plus, el especialista del IHI afirmó que la principal es proteger a los convalecientes que tienen bajo nivel inmunitario. La segunda es la relacionada con utilizar la Soberana Plus como un refuerzo en personas que han recibido dosis de otras vacunas, “e incluso yo me adelantaría a decir que no solo de la Soberana 02; probablemente, la Soberana Plus sea un buen refuerzo en personas que hayan sido vacunadas con cualquier vacuna.
“Un tercer valor agregado que pudiéramos encontrar en la Soberana Plus, es la producción de la gammaglobulina cubana anti-SARS-CoV-2. Hasta el momento se ha transfundido plasma de personas convalecientes directamente, pero ya se puede producir una gammaglobulina en la cual se purifican los anticuerpos de las personas que han padecido la COVID-19, cuya inmunidad ha sido reforzada con la Soberana Plus, para personas que están en estado grave o crítico en nuestro sistema nacional de salud”.
Tenemos capacidades para producir suficiente antígeno para hacer los millones de dosis necesarias
La Dra. C. Tammy Boggiano Ayo, directora de Desarrollo del Centro de Inmunología Molecular (CIM), señaló que el CIM integró el proyecto de los candidatos vacunales Soberana, sobre todo porque esta institución tiene la capacidad de una biotecnología industrial: todo el proceso en el cual las células son cultivadas a gran escala en condiciones controladas con el objetivo de optimizar su crecimiento y la obtención de la proteína de interés que ellas producen.
“Para lograrlas, a las proteínas que, tanto en el caso de Soberana, como en Abdala y Mambisa, son los antígenos de estas vacunas, es necesario producirlas en células porque son moléculas muy complejas y que no es posible producirlas por síntesis química. Estas moléculas tienen no solo aminoácidos, sino azúcares en su composición, y esa complejidad hace que sea necesario que moléculas como anticuerpos o la misma proteína RBD se produzcan en estas células”, dijo la experta.
Boggiano Ayo explicó que la biotecnología industrial es un proceso que mayormente se realiza en países desarrollados. “La mayoría de las capacidades mundiales, más del 50%, están situadas en Norteamérica y Europa, y luego en Asia. En Cuba se ha venido construyendo todo el desarrollo biofarmacéutico del país en función de tener capacidades que nos permitan producir este tipo de moléculas tan complejas”.
Al respecto, señaló que si se analiza cómo está Cuba en relación a litros de capacidad productiva, puede verse que el país se encuentra entre las pocas plantas que tienen volumen de producción de más de 5 000 litros. “Esto hace que tengamos la posibilidad de producir suficiente antígeno para nuestros candidatos vacunales”.
En el caso de los candidatos vacunales Soberana −dijo−, están involucrados el Instituto Finlay de Vacunas (IFV), que es el promotor de estos preparados, y el CIM, que es el centro que inicia la cadena productiva pues los antígenos se producen en este centro.
¿Cuál es la diferencia entre Soberana 01, Soberana 02 y soberana Plus?
La Dra. Boggiano señaló que tanto en Soberana 01 como en Soberana 02 y Soberana Plus, los antígenos son la RBD.
“En Soberana 01 es un RBD dimérico, la proteína unida a otra igual que ella, por lo que son dos unidades de la misma proteína. Esto hace que las capacidades inmunogénicas sean mayores que si fuera solo una unidad. Es el RBD dimérico más el antígeno de membrana Neisseria Meningitidis tipo B adyuvada en hidróxido de aluminio”, explicó.
En tanto, “Soberana 02 conjuga el RBD monomérico con el toxoide tetánico, también adyuvado en hidróxido de aluminio, mientras que Soberana Plus es la más simple: tiene solo en el RBD dimérico adyuvado en hidróxido de aluminio y es el candidato que se utiliza para tercera dosis o en las personas convalecientes de la enfermedad”.
Según la especialista, tanto el RBD dimérico como el monomérico son producidos por una sola línea celular, donde se introdujo la información genética.
Son células superiores (de mamífero: CHO, células derivadas de ovario de hámster chino) capaces de, luego de serles introducida esta información genética, producir la proteína en un fermentador.
“Ahí es donde controlamos una serie de parámetros como temperatura, pH, oxígeno disuelto. La idea final es que las células estén en un ambiente que se parezca al ambiente en que está en el organismo, y de esta forma ellas puedan multiplicarse y a la vez expresar esa proteína que, originalmente, ellas no tenían en su código genético para expresar, pero que se le introdujo”, dijo.
Refirió que estas células no solo producen el monómero, sino también el dímero y otras muchas proteínas que inicialmente están en este caldo de cultivo. De ahí que un segundo paso sea purificar este caldo de cultivo para obtener solamente la molécula de interés.
“Para hacer todo esto, es necesario empezar por un desarrollo de proceso, que implica diseñar, implementar y reproducir un proceso productivo que entregue consistentemente un producto (proteína) con la capacidad de generar una respuesta inmune y con una calidad específica de pureza, es decir, que no hay ninguna otra proteína o molécula junto a ella al final del proceso.
“Este sistema productivo se diseña primeramente a pequeña escala, en un laboratorio, en un fermentador de mesa de capacidad de dos litros, y se trata de que las células que allí se ponen crezcan lo más que se pueda. En el CIM tenemos un saber hacer previo, que se puede poner en función de la nueva molécula”, explicó.
“Normalmente, todo el desarrollo del proceso puede tardar hasta dos años, incluso más, y el del producto hasta 10 años”, dijo.
Por otra parte, añadió, “el escalado productivo tiene una complejidad industrial y desde el punto de vista ingenieril que es muy importante, y requiere también de un saber hacer para su desarrollo”.
En el caso del CIM, el escalado productivo va de un fermentador de 2 L, a uno de 50 L, a uno de 500 L y finalmente a uno de 2 000 L. “Lograr lo que la gran escala pudiera darle a esa célula, que normalmente es estrés, con el uso del vapor, de velocidades de agitación en el burbujeo, y que en el caso de la gran escala (fermentadores grandes) son mayores que en un fermentador de mesa, es un proceso complejo, pues hay que saber manejar ese estrés de forma tal que la célula realmente reproduzca lo que pasó a pequeña escala: que crezcan y produzcan y luego poder hacer la purificación a esa escala mayor”, explicó.
Finalmente, luego de purificada, evaluamos la calidad real de la molécula que ya va a pasar a formar parte del proceso de formulación y llenado de la vacuna. Antes de que salga de la institución, tenemos que liberar ese producto con base en las especificaciones de calidad. Este producto se traslada en condiciones de temperatura adecuada y cumpliendo las buenas prácticas de transportación, y luego pasa, en el caso de Soberana 02, al proceso de conjugación, y en el caso de Soberana 01, a la parte de adyuvación, para después formar parte de los candidatos vacunales, procesos en los que intervienen el Instituto Finlay de Vacunas y el Centro de Biopreparados (Biocen)”.
La especialista explicó que el proceso de diseño y producción a pequeña escala comenzó en octubre de 2020 y en diciembre ya estaba concluido. “En estos momentos, estamos en el proceso de escalado hacia los 2000 L, que permitirá obtener toda la capacidad disponible para producir RBD.
“Esta es una actividad multidisciplinaria, tanto para la biología molecular, el desarrollo farmacéutico, la bioquímica, la ingeniería química. Hay que tener experticia en todas estas áreas; de ahí que el equipo de trabajo esté formado por ingenieros, bioquímicos, biólogos y otros especialistas. Tampoco podemos olvidar la importancia del apoyo logístico y los equipos de calidad, pues trabajamos bajo las buenas prácticas de fabricación.
“Tenemos capacidades para producir suficiente antígeno para hacer los millones de dosis necesarias para vacunar a nuestro pueblo, y además podemos tener cierta capacidad extra que pudiéramos utilizar para exportar la vacuna”, concluyó. (adm)
Redacción Digital
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