Mayabeque, Cuba: Cada día puede ser la página de un libro que está por escribir. La Covid-19 desde cuan malévola es, no inspira pero, sí despierta el instinto de describir lo que ocurre, esas vivencias que han multiplicado lágrimas, enlutado a familias y amigos y mostrado un rostro casi de espanto.
A diario un grupo de hombres y mujeres de San José de las Lajas, arropados por la máxima sensibilidad con que los ha curtido su profesión, enfrentan en combate desigual a la Covid-19.
A diario disponen conocimientos, vergüenza y esmero en esa labor humanísima que implica salvar vidas. Son los profesionales de la salud, cuyos saberes muchos han compartido en tierras hermanas, cuyo coraje han probado en situaciones de extremo peligro.
Ahora están en combates diferentes, ante un enemigo letal e invisible, dígase una pandemia que acecha y fulmina. También ante otra pandemia que acorrala, asfixia, aumenta carencia y dificultades, bloquea sin piedad, hostiga.
Más allá del cansancio, de la incertidumbre ante lo desconocido está la voluntad y el valor que disponen en cada jornada, está el amor al oficio y la perseverancia, está la actitud heroica que los hace firmes y serenos para propiciar calma, confianza y ánimo para vencer lo adverso.
Cada día puede ser la página de un libro por escribir y cuando se haga, no pueden faltar las hazañas de los hombres y mujeres de batas blancas, esos que tienen que sortear dificultades y sobre ellas erigir el alivio a los aquejados; esos que tienen que dar las noticias que ninguna persona quiere escuchar, esos que luchan porque no llegue el final. Cada día es una historia. (BSH)