Madrid: El refrán coloquial de que los trapos sucios se lavan en casa, señala hoy el rumbo opuesto del Partido Popular (PP) de España, inmerso en una guerra con visos de corrupción.
Durante las últimas 72 horas se dispararon armamentos pesados entre el líder del derechista PP, Pablo Casado, y la presidenta de la Comunidad de Madrid, Isabel Díaz Ayuso, y aunque el lenguaje se fue atemperando, los enunciados de tráfico de influencias, falta de ética o ataques a mi familia, quedaron en el ciberespacio.
Si fuera el caso de que Casado y la emergente Díaz Ayuso terminaran por hacer un pacto de no agresión y de solucionar sus diferencias del mejor modo posible, la principal fuerza de oposición de España quedará con la imagen muy dañada.
Arrastra desde hace tiempo varios casos de dudosos manejos financieros, corrupción probada o sospechas de tráfico de influencias.
Desde Barcelona, el presidente del grupo de Unidas Podemos-En Comú Podem en el Congreso, Jaume Asens, calificó este sábado de “espectáculo lamentable» lo sucedido en el PP, «con bandas que se pelean por el poder».
Según Asens, se parecen más a una trama mafiosa que a un partido democrático y consideró que hechos como estos desacreditan a la política.
Mientras los intercambios de ataques no han cesado, el presidente de la Xunta de Galicia, Alberto Núñez Feijoo, trata de poner paños tibios y apagar lo que el mismo llamó incendio dentro de las filas del PP.
Núñez Feijoo, visto como la figura ideal para comandar a la organización de derecha, algo a lo que declinó antes, pidió a las partes principales del diferendo (Casado y Ayuso) que se sienten solos a conversar, al considerar impropio llegar al congreso del PP este año con una crisis de tal magnitud.
“Sería muy malo dejar este asunto abierto durante meses y resolverlo en un match ball en el congreso”, sentenció.
De momento lo que se sabe de forma categórica, admitido por la propia titular madrileña, es que su hermano, Tomás Díaz Ayuso, cobró 55 mil 580 euros de una empresa contratada por su Gobierno para comprar mascarillas en China en abril de 2020, al inicio de la pandemia.
Una cifra inferior a la denunciada por Casado, en el orden de los 286 mil euros, aunque hay otras tres facturas a la firma Priviet Sportive de las cuales no se sabe nada.
Igual, el tema ético ha entrado a jugar en el escenario. Partidos de izquierda subrayan que cuando menos resulta impresentable que en medio del dolor y la angustia de los españoles, el hermano de la presidenta de la Comunidad de Madrid cobrara comisiones por la adquisición de mascarillas.
Del enfrentamiento ya hay dos bajas, Angel Carromero, alto cargo del PP en el Ayuntamiento de Madrid, señalado por el supuesto espionaje a Díaz Ayuso a partir del hipotético acto de corrupción del hermano de gobernante de la capital española, y el director de comunicación digital de partido, Ismael Sirio López Martín.
Varias fuerzas de la izquierda, entre ellas el Partido Socialista Obrero Español (PSOE) denunciaron este viernes ante la Fiscalía Especial contra la Corrupción y la Criminalidad Organizada, el contrato de emergencia de la Comunidad de Madrid para compra de mascarillas vinculado al hermano de Díaz Ayuso.
Tráfico de influencias y malversación de caudales públicos son señalados como potenciales delitos, en una línea similar a Más Madrid y Unidas Podemos, que también acudieron al ente fiscal. (IVP)
Redacción Digital
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