Beijing: China decidió suspender las conversaciones con Estados Unidos sobre control de armas y no proliferación debido a las continuas ventas de armamento estadounidense a Taiwán, informó hoy la Cancillería, publica Prensa Latina.
El portavoz Lin Jian señaló que Washington ha ignorado en reiteradas ocasiones la firme oposición de Beijing al suministro de armamento a la isla meridional del gigante asiático.
Además, acusó al país norteamericano de adoptar «una serie de acciones que dañan gravemente los intereses centrales de China y socavan la confianza política entre ambas naciones».
De acuerdo con el vocero, estas acciones deterioraron el ambiente político necesario para continuar las consultas bilaterales en este tema.
A pesar de la suspensión, China expresó su disposición a mantener la comunicación con Estados Unidos sobre temas internacionales de control de armas, «siempre y cuando se base en el respeto mutuo, la coexistencia pacífica y la cooperación beneficiosa para ambos», agregó el portavoz.
Lin Jian llamó a a Washington a respetar los intereses centrales de Beijing y crear las condiciones necesarias para un diálogo y un intercambio efectivos entre las dos naciones.
China anunció la semana pasada contramedidas contra seis empresas del sector militar de Estados Unidos y cinco altos ejecutivos vinculados a la venta de armas a Taiwán.
De acuerdo con un comunicado de la Cancillería, el país decidió congelar los bienes muebles, inmuebles y otras propiedades dentro del territorio nacional de Anduril Industries, Maritime Tactical Systems, Palantir Defense, AEVEX Aerospace, LKD Aerospace y Apex Technology.
Estas sanciones se suman a las ya impuestas en enero pasado a otras cinco empresas estadounidenses del sector armamentístico por el mismo motivo.
La represalia llegó después de que Washington anunciara una nueva venta de armas a la isla, «lo que constituye una grave violación del principio de una sola China y de los tres comunicados conjuntos China-Estados Unidos», denunció el Ministerio de Relaciones Exteriores del gigante asiático.
Para Beijing, esta posición de Washington representa una seria injerencia en los asuntos internos y un grave daño a la soberanía y la integridad territorial de China.