Mayabeque, Cuba: Si algo sabe bien esta Isla es recomponerse y unir sus piezas rotas con el pegamento de lo humano. La solidaridad, ese «barredor de tristezas», ha emanado de cada rincón del país para ayudar, de diversas formas, a los guantanameros afectados por el huracán Oscar en días recientes.
Tal es el caso que, según un reporte de la Agencia Cubana de Noticias (acn), el primer contenedor con donaciones provenientes de las provincias occidentales partió este fin de semana, desde la capital cubana para el Alto Oriente.
La valiosa carga salió este sábado de la unidad básica Almacenes Emprosut, ubicada en el kilómetro uno y medio, de la Autopista Nacional, donde con ese fin se recepcionan y clasifican paquetes, cajas y bultos procedentes de Pinar del Río, Artemisa, Mayabeque, y de los 15 municipios de La Habana.
El envío cuenta con alimentos, insumos médicos, ropa y calzados, juguetes, útiles del hogar, equipos electrodomésticos, productos de aseo y una amplia variedad de productos destinados a las familias y personas que han perdido sus bienes, incluidas viviendas, así como a instituciones sociales.
Orlando Santiesteban Álvarez, designado por el Gobierno habanero para dirigir el despacho de las donaciones de la región occidental, declaró que se estableció un sistema de trabajo para actuar con agilidad, prontitud, seguridad y organización en aras de que todo llegue a Guantánamo en tiempo y forma.
Asimismo, desde Ciego de Ávila salió hacia Macambo, ayer, el contingente Patricio Sierralta, formado por 45 hombres y mujeres que hoy ya estarían plantando bandera en el campamento de esa comunidad oriental, muy golpeada por el evento hidrometeorológico.
La actitud altruista de los avileños vuelve a trascender, no solo por organizar las valijas solidarias en calidad de expresión más tangible de la hermandad que ha sembrado la Revolución; sino porque ahora viajan en el convoy, además de alimentos, médicos, enfermeros, electricistas, personal de Acueducto, artistas, activistas deportivos, personal de la Cruz Roja…
Yaneisy Leal Siara, enfermera del poblado de Punta Alegre, muy golpeado por el huracán Irma, en septiembre de 2017, sabe lo que es el valor de la solidaridad: «Cuando Irma, muchas personas de otras provincias vinieron a ayudar, especialmente en mi pueblo, que quedó casi destruido totalmente, porque no pudo resistir los vientos de más de 200 kilómetros por hora.
«Dejo a mi hija casi recién parida, pero el deber me llama. Cuando me tocaron a la puerta y me pidieron la disposición, me dije que si los guantanameros nos ayudaron cuando el Irma, siento la obligación de estar junto a ellos, porque Cuba es una sola. Allí estaré el tiempo que sea necesario».
Lo comentó a Granma después de escuchar con atención las palabras que el doctor Yoel Pérez García, primer secretario en la provincia de Guantánamo, les transmitió a los avileños en breve llamada telefónica a su homólogo Julio Heriberto Gómez Casanova: «Gracias por el amor, el altruismo y la solidaridad de los avileños. Ustedes llegarán a Macambo, un lugar muy afectado por el huracán Oscar, que ocasionó inundaciones y deslaves. Acá serán bien recibidos. Los esperamos con los brazos abiertos».
Es así que la Isla es una, y las provincias son solo delimitaciones territoriales, y el corazón bombea por los hermanos. Es así que, anónimamente, muchos dan lo que tienen –no lo que les sobra–, porque cuando se siente la Patria, cualquier pared caída o vida que se pierde duele tremendamente, pero siempre nos quedará lo humano, lo solidario. (Periódico Granma) (rda)