Mayabeque, Cuba: La rumba es un género de la música tradicional, autóctono de Cuba, considerada la madre de numerosos ritmos latinos. También forma de baile popular, de profundas raíces africanas, que se ha mantenido viva a lo largo de los años, a través de quienes transmitieron sus conocimientos de forma oral y práctica, hasta llegar a convertirse en parte integral de la cultura cubana.
Figuras como Tata Güines, quien deslumbró al mundo con su maestría en la percusión, enaltecen el movimiento rumbero. Su legado musical ha transcendido generaciones, convirtiéndose en un referente indiscutible del ritmo y la pasión que caracterizan la música cubana.
En el lugar en que naciera, en 1930, el percusionista de las manos de oro, se encuentra el proyecto sociocultural Patio de Tata Güines, que pretende rescatar y enaltecer este género, declarado por la Unesco Patrimonio Inmaterial de la Humanidad en 2016.
Güines, tierra de tradiciones
El actual barrio de Leguina, ubicado en la zona del antiguo Corrales de Yamaragua, fue el primer asentamiento poblacional de la entonces Villa de San Julián de los Güines, donde se asentó la rumba como tradición, explicó Marcos Humberto Padrón Rodríguez, gestor del proyecto.
“En el tiempo en que dan la libertad a los esclavos, hay negros que vienen y se asientan en los corrales de Yamaragua. Así era como se llamaban esas parcelas que empezaron a ser pobladas sobre todo por esclavos e hijos de esclavos libertos, que trajeron sus tradiciones ancestrales y su folclore, se fundieron y comenzó a nacer la rumba”, expresó.
Precisamente en el barrio de Leguina, nació Tata Güines. Traía la música en la sangre y su forma tan peculiar de tocar lo convirtió en un percusionista de talla mundial. Su talento lo mantuvo más de cinco décadas y lo inmortalizó en el mundo de la música destacando en géneros como la rumba, el son y el jazz.
Fruto de la herencia rumbera surge el proyecto sociocultural Patio Tata Güines, además, agrupaciones como Rumberos de Mayabeque y Los Tatagüinitos.
Rumba quiere decir fiesta
Fundado el 4 de diciembre de 2004, el proyecto comunitario Patio de Tata Güines pretende rescatar y continuar con la tradición de la rumba. La labor de instructores, colaboradores y especialistas en la enseñanza de percusión y baile folclórico deviene en espacio de encuentro para la música y la cultura.
La razón de ser del mismo es mantener y hacer que perdure en las nuevas generaciones ese legado musical, afirmó Marcos Padrón. “Por más de 20 años nos dimos la tarea de hacerlo, él lo disfrutó y donó todos los instrumentos que están aquí para los niños”, añadió.
“El proyecto, antes de ser escrito, se hizo práctico, nosotros no solo impartimos la enseñanza, tratamos con nuestro accionar y nuestra forma de ser que los niños se lleven valores”, expresó.
Revitalizar el movimiento rumbero, rescatar las tradiciones del barrio, así como llevar a cabo acciones socioculturales para elevar la calidad de vida de sus habitantes, son razones que inspiran la labor del proyecto.
Su impacto en la comunidad es innegable. El Patio de Tata Güines promueve la integración social a través del arte y la riqueza de la percusión afro-cubana, fortaleciendo los lazos entre generaciones y manteniendo viva la memoria hombre de las manos de oro. (rda)
Fotos: Lisandra Ramírez



