Las actividades comienzan en el hogar y deben concluir en la comunidad. Foto: 5 de septiembre

La Campaña antivectorial es tarea de todos, no es para usarla como eslogan o consigna, sino como imperativo e un país ubicado geográficamente en un área donde la enfermedad del dengue es endémica y se transmite por la vía del mosquito.

La voluntad política del Estado cubano en materia de salud y la educación sanitaria del pueblo ha permitido controlar ese mal y evitar su peligrosa proliferación que puede causar la muerte los enfermos.

Pero ahora cuando un grupo de factores medioambientales y sociales se combinan y elevan el riesgo de aparición del mosquito Aedes Aegypti y con él del dengue es necesario movilizar a la ciudadanía en torno al cumplimiento de las medidas higiénico sanitarias muy a tono en este tiempo en el que también el enfrentamiento a la Covid-19 la higiene es fundamental.

Actividades que comienzan en el hogar y deben concluir en la comunidad con el accionar colectivo en aras de preservar la higiene y el cuidado del entorno.

La red de unidades asistenciales del país desarrolla una labor profesional de promoción y educación comunitaria y además cuenta con la fuerza calificada para atender y solucionar en cualquier circunstancia un brote de dengue u otra enfermedad transmitida por el mosquito.

Esta garantía que ofrece el gobierno a través del Ministerio de Salud Pública solo se recompensa con el actuar disciplinado y responsable del pueblo que no excluye a otras entidades estatales como servicios comunales, hidrología, Comercio y gastronomía comprometidos también con el cumplimiento de las medidas higiénico sanitarias.

Aquí se pone de manifiesto esa frase de la Revolución que defendemos desde el primer día y ha sido clave en cada victoria, la unidad. Unidad y compromiso de todos y cada uno de los cubanos para ganarle la pelea al mosquito en defensa de la vida. (IVP)

Maria Amalia Pérez

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