Por el ahorro de energía

La cultura del ahorro en Cuba no puede ser coyuntural, sino premisa en el actuar individual y colectivo, al enfrentar la economía nacional un criminal bloqueo de más de sesenta años.

En el caso particular de la energía eléctrica ahorrar no significa dejar de usar, sino optimizar el uso de ese recurso vital el cual cuesta millones de dólares al país cada año para su sostenibilidad.

En el contexto actual la crisis energética se acentúa en consonancia con la crisis económica persistente.

El incremento de las averías en las centrales termoeléctricas y las dificultades para obtener los recursos requeridos para solucionarlas, tensan la cuerda del sistema electroenergético nacional y provocan falta de fluido eléctrico en los hogares por insuficiente capacidad de generación.

Ante esta situación preocupante el Estado cubano busca alternativas y dedica ingentes esfuerzos a mejorar la capacidad de generación, pero es imprescindible el apoyo de todos al ahorro.

Desde el hogar se pueden implementar medidas dedicadas  a ese fin, como el uso eficiente de los equipos electrodomésticos, no encender las luces innecesariamente, realizar las actividades de mayor consumo fuera del horario pico, entre muchas otras iniciativas que deben convertirse en práctica cotidiana.

En el área estatal las medidas de ahorro son también primordiales para apoyar al país. Se trata de un acto de conciencia individual y colectiva, de unidad en pos de aligerar las tensiones sufridas por el sistema electroenergético nacional. (YQR)

Maria Amalia Pérez

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