Como Realengo 18 era conocida una zona serrana de la geografía de la provincia de Guantánamo, entre grandes fincas de la etapa de la colonia, donde se asentaron campesinos muy pobres, ex esclavos y mambises a finales del siglo XIX.

En el año 1934 los pobladores de esas tierras se inscribieron en las páginas históricas protagonizando una de las primeras conquistas de los campesinos cubanos.

Compañías que eran apoyadas por el ejército entonces dirigido por Batista, pretendían desalojar del Realengo a las numerosas familias que allí vivían, ya que se trataba de una zona de inmensa riqueza forestal.

Entonces los campesinos hicieron un heroico acto de resistencia ante la idea de abandonar su tierra, en la que habían vivido y trabajado sus ascendientes, generaciones y generaciones de cubanos.

En aquel momento un genuino líder se levantó de entre el campesinado, Lino Álvarez, quien llegó hasta la ciudad de Guantánamo junto a otros jinetes a exponer su causa.

Los hombres y mujeres del terruño, armados con algunas escopetas y machetes, impidieron en más de una ocasión la entrada de los enviados por los terratenientes para ocupar el lugar.

Batista dijo entonces, ante la rebeldía de los lugareños ?La trocha se hará, cueste lo que cueste?, a lo que Lino Álvarez contestó ?Tierra o sangre?, apoyada por cientos de serranos que como Lino, también aseguraban ?mientras haya un montuno no sigue la trocha?.

Finalmente, ante la heroica decisión de los pobladores del Realengo 18, Batista y la guardia rural decidieron posponer los planes de desalojo y ceder en su intento.

El hecho queda históricamente recogido como una de las primeras victorias del campesinado cubano, ese que se convertiría en el aliado fundamental de los rebeldes que traerían el triunfo el 1 de enero de 1959, y que pensarían en aquellos campesinos desde el comienzo, dictando la Primera Ley de Reforma Agraria. (BSH)

Maria Amalia Pérez

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