Mayabeque, Cuba: Bullicio, tumulto, algarabía, un mar de cuerpos concentrados, mientras esperan que el tan ansiado show de Canillita comience.
La carpa, bien iluminada, recibe a los jaruqueños que llegan atraídos por la novedad de un circo.
¿Será igual a la noche anterior? Pregunta el público que decidió repetir ¿Qué sorpresas nos esperan? Piensan los novatos de esta aventura, mientras con elegancia y buen trato, el equipo organiza sillas y personal.
Una música estridente retumba por la carpa, al tiempo que las luces parpadean rápidamente y un conteo regresivo se extiende a viva voz por el público, anunciando que el show está por comenzar.
Ojitos infantiles brillantes a la expectativa y sonrisas genuinas reciben al hombre circo, ese flaco desgarbado y jaranero que parece ocupar todo el escenario, aunque sea físicamente imposible.
Coros repetidos por la audiencia, parlamentos aprendidos por los niños de memoria, pequeños que se roban el show con picardía y espontaneidad, emocionando al payaso que ve seguro su relevo.
Canillita “camina que te camina” es músico, poeta y loco. Cambia a la velocidad de la luz de mago, a animador, portero, actor de varios personajes hasta llegar a la guinda del pastel: el payaso.
Hasta nervioso se ponía uno cuando lo ve sacar cuchillas de su boca o poner en precario equilibrio a la ayudante sobre espadas de material de dudosa fortaleza.
Lo mismo hace bailes estrambóticos, que grita con voz afónica por la doble sesión, o se trepa a los andamios del escenario. En un reguero de talento, batería inagotable y alegría, Canillita puede decir mucho solo con la expresión de su rostro. Acompañado por su fiel colectivo, es el alma del espectáculo.
La gritería de los niños es ensordecedora y sobrecoge el alma de los que disfrutamos su inocencia. Valió la pena cada segundo, solo por ver la emoción en los ojos de los pequeños de casa.
Pero no solo los niños disfrutan. Toda una actuación humorística con canciones es dedicada a los adultos, algunas subiditas de tono. Hasta bautizado con agua puedes salir sino tienes cuidado.
Impresionado por la ovación genuina que le brinda el pueblo de Jaruco, Canillita sobrecogido agradece a los asistentes, incluyendo a fieles seguidores que cada noche vienen desde Tumba Cuatro para verlos.
Si usted no ha ido, está a tiempo. El circo continuará deleitando al público jaruqueño esta semana. Créame, es un espectáculo que no puede perderse y una experiencia que es mejor vivirla a leerla.