Washington: La decisión del presidente estadounidense, Donald Trump, de desplegar oficiales federales en ciudades lideradas por demócratas provoca hoy críticas de autoridades locales y de quienes lo consideran un truco político hacia las elecciones de noviembre.
Pese a la oposición expresada de antemano por funcionarios de algunas de las principales urbes del país, el jefe de la Casa Blanca dijo ayer que enviará cientos de agentes federales para enfrentar un aumento de la violencia en urbes como Albuquerque, Chicago, Kansas City y otras por anunciar.
Trump, quien trata de presentarse como el presidente de la ley y el orden de cara a los venideros comicios, en los que buscará la reelección, culpó a políticos locales liberales por los niveles de crimen y criticó a quienes piden quitar fondos a la policía.
Esta última es una demanda de muchos de los participantes en las protestas desatadas en el país contra el racismo y la brutalidad policial tras la muerte del afronorteamericano George Floyd a manos de las fuerzas del orden el 25 de mayo pasado en Minneapolis, Minnesota.
Aunque el envío de fuerzas federales para ayudar a las localidades a combatir problemas de crimen no es raro, actualmente provoca preocupación el carácter político que pueda tener este despliegue, sobre todo después de que agentes destinados a Portland, Oregón, detuvieron a participantes en protestas contra el racismo.
Oficiales del Departamento de Seguridad Nacional fueron enviados a esa urbe con el argumento de proteger edificios y monumentos federales, pero las autoridades locales se quejaron de que esas fuerzas exacerbaron las tensiones en las calles al arrestar sin causa probable a manifestantes y trasladarlos en carros sin identificar.
Funcionarios de Albuquerque, Nuevo México, dijeron que no habían solicitado asistencia federal y expresaron el temor de sufrir el mismo destino que Portland.
“No hay lugar para la policía secreta de Trump en nuestra ciudad”, sostuvo el alcalde de Albuquerque, Timothy Keller, y añadió que si esto no fuera solo un truco político, la administración del republicano apoyaría los esfuerzos constitucionales de lucha contra el crimen que funcionan para la comunidad.
Por su parte, la alcaldesa de Chicago, Lori Lightfoot, dijo que la ciudad recibirá el tipo de recursos federales con los que ha trabajado en el pasado para ayudar a combatir los delitos violentos, pero agregó que no permitirá un despliegue al estilo de Portland para enfrentar a manifestantes.
En una conferencia de prensa tras el anuncio de Trump este miércoles, Lightfoot acusó al presidente de tratar de desviar la atención de su liderazgo fallido contra la pandemia de la Covid-19.
Asimismo, calificó la medida del mandatario republicano de truco político y argumentó que el gobierno federal podría ofrecer una ayuda más efectiva si abordara el tema del control de armas. (IVP)
Redacción Digital
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