El 18 de junio de 2020 comenzó a aplicarse, de manera gradual, en nuestra provincia el plan de medidas aprobado por el Consejo de Ministros para la etapa de recuperación post-covid-19 en Cuba, concebido en 3 etapas y cada una de ellas consta de 3 fases.
Para ello fue necesario cumplir con los 5 indicadores establecidos por las autoridades sanitarias, los cuales son: tasa de incidencia, índice reproductivo, casos activos, número de casos positivos con fuente de infección conocida en los últimos 15 días y eventos de transmisión local.
De este plan de medidas, mencionaremos solo algunas por su importancia, pues son alrededor de 500: por ejemplo, retomar las medidas restrictivas si hubiese algún rebrote o incidencia., no se eliminará el uso del nasobuco, elemento de protección que se debe mantener, sobre todo en los espacios públicos, así como la máscara médica, mantener el lavado frecuente de las manos y otras recomendaciones de higiene y desinfección.
Igualmente, seguir con las pesquisas activas, evitar las actividades al aire libre con grandes concentraciones de personas, y las aglomeraciones, sobre todo, en lugares cerrados, asumir, como una norma, el distanciamiento físico, continuar protegiendo al personal de la salud.
Como podemos observar, la llamada nueva normalidad está matizada por medidas que deben mantenerse para evitar un retroceso, como está ocurriendo en otras latitudes, problema ya alertado por la Organización Mundial de la Salud (OMS).
Por tanto, sería más conveniente ver esta etapa post covid-19 como una continuidad de la batalla, y su estadío superior sería la victoria, la cual sólo será posible alcanzar cuando contemos con una vacuna que ofrezca protección e impida la proliferación masiva de la enfermedad, es decir, nuevos brotes o epidemias.
Debemos implementar otros estilos de vidas saludables, para nada distintos, pues ya se venían promoviendo desde mucho tiempo atrás, en función de alcanzar calidad de vida y el mejor ejemplo es la disminución de la incidencia de las Infecciones Respiratorias Agudas (IRA).
Algunos dicen que las personas no acuden a los servicios de salud, lo cierto es que con la aplicación de las medidas implementadas, las personas se enferman menos.
Antes era común que cuando una persona tenía resfriado, tanto los compañeros de trabajo como los familiares, eran contagiados, sin embargo, en estos momentos usar el nasobuco y restringir la asistencia al centro laboral, cuando se padece de una infección respiratoria aguda, además de orientar quedarse en casa, corta la cadena epidemiológica que provoca la transmisión.
Actuemos con disciplina, y apliquemos las medidas de prevención, recomendadas por el Ministerio de Salud Pública de Cuba: lavarse frecuentemente las manos con hipoclorito de sodio al 0,1% o con solución hidroalcohólica al 70 %, taparse la boca y la nariz al estornudar o toser protegiéndose siempre con un pañuelo o el ángulo interno del brazo, evitar besos y abrazos hasta tener la protección definitiva.