Moscú: El Kremlin define que el tema del estatus de Crimea no cabe en una eventual agenda de encuentro entre los líderes de Rusia y Ucrania, ya que la península es rusa, publica Prensa Latina.
El portavoz del Kemlin, Dmitri Peskov, en una entrevista con el canal Rossiya-enfatizó que esta es la razón por la cual no se ha concretado hasta la fecha una cumbre entre el presidente ruso, Vladímir Putin, y su homólogo ucraniano, Vladímir Zelenski.
El funcionario ruso también subrayó que Rusia había reafirmado su voluntad de normalizar las relaciones con Ucrania, aunque Kiev aún no había mostrado su interés al ofrecimiento.
El vocero del Kremlin lamentó el enfoque rusofóbico que todavía prevalece en la política de Ucrania, al tiempo que, precisó, las fuerzas que están listas para discutir asuntos urgentes con Moscú se encuentran actualmente bajo arresto domiciliario.
Las relaciones entre Moscú y Kiev se han ido deteriorando, en particular, desde que la península de Crimea se reincorporó a la Federación Rusa tras el voto mayoritario de la población en un referéndum celebrado en marzo de 2014.
Desde entonces, Rusia y el Occidente, principal valedor de Kiev, siguen sin poder superar las brechas que surgieron a raíz de esta coyuntura que condujo a Ucrania a involucrarse en una campaña bélica contra los grupos soberanistas de las repúblicas populares de Donetsk y Lugansk.
Como medidas de presión, EEUU y la Unión Europa (UE) no solo impusieron una serie de sanciones a funcionarios, empresas y sectores económicos rusos, sino que además promovieron un conjunto de maniobras militares de las fuerzas de la Organización del Tratado del Atlántico Norte (OTAN) en los países europeos colindantes con el flanco occidental de la Federación Rusa.
Rusia viene denunciando insistentemente en que la expansión militar de Estados Unidos, a la cabeza de las fuerzas de la OTAN y sus aliados occidentales, cerca de sus fronteras, supone una amenaza directa para su seguridad nacional y, por tanto, se reserva el derecho a dar una respuesta contundente a cualquier agresión o violación de su soberanía.
Ucrania se ha propuesto a formar parte de la Alianza Atlántica, una aspiración fuertemente criticada desde Moscú por considerar que este movimiento representa una “amenaza directa” para la integridad territorial de Rusia.