La Paz: Pese al prolongado impacto de la Covid-19 y el constante embate de políticos y movimientos opositores empeñados en desestabilizar el país, el 2021 significó para Bolivia el retorno de la esperanza, la estabilidad y la democracia, publica Prensa Latina.
De la mano del presidente Luis Arce, representante del Movimiento al Socialismo y electo por amplia mayoría en octubre de 2020, los bolivianos transitaron este año por el camino de la búsqueda del Vivir Bien, que en palabras del mandatario supone “la convivencia democrática y el respeto a la voluntad nacional para derrotar el hambre y la pobreza”.
Precisamente la primera promesa cumplida por su gobierno a partir de diciembre de 2020 fue el pago del Bono Contra el Hambre.
Datos oficiales reflejan que entre diciembre de 2020 y mayo de 2021, cuatro millones 35 mil 773 personas recibieron este beneficio, cuyo costo total ascendió a cuatro mil 36 millones de bolivianos (más de 576 millones de dólares).
“La Bolivia del Vivir Bien sintetizará los ideales anticoloniales, independentistas, nacionalistas y socialistas por los cuales lucharon generaciones y generaciones, terminando el carácter de país capitalista, dependiente y atrasado”, remarcó Arce el 8 de noviembre al informar ante el Parlamento sobre su primer año de gestión.
En ese periodo, destacó, “caminando junto al pueblo, hemos devuelto la esperanza, la certidumbre y la estabilidad a las familias bolivianas”.
Heredero de una profunda crisis económica, social, política y sanitaria dejada por el régimen de facto de Jeanine Áñez (noviembre de 2019-octubre de 2020), el actual ejecutivo impulsó proyectos y transformaciones en todos los sectores: desde la cultura y el turismo, hasta el deporte y la salud.
VUELTA A LA ARENA INTERNACIONAL
En el ámbito de política exterior el gobierno de Áñez aisló al país, pues sin legitimidad y ante los cuestionamientos internacionales optó por la descalificación y la agresión verbal, deteriorando las relaciones con países como México, Argentina, España, Cuba, Rusia, China y otros, situación que poco a poco se va revirtiendo.
Reportes recientes hablan de avances en la negociación de un Acuerdo de Hermandad de amplio alcance con Argentina, el cual enmarcará todas las dimensiones de una nueva relación basada en la complementariedad.
Con Chile se estableció la Hoja de Ruta 2021 para abordar diversos temas, con especial énfasis en lo económico, comercial y consular.
También se suscribieron importantes instrumentos bilaterales en el contexto del Encuentro Presidencial y VI Reunión del Gabinete Ministerial Binacional Bolivia-Perú.
“Este es un momento donde la diplomacia boliviana, donde las relaciones internacionales del país están levantando vuelo”, afirmó en esa ocasión el embajador de Bolivia ante la Organización de las Naciones Unidas (ONU), Diego Pary.
En su opinión durante el primer año de gestión de Arce “hemos empezado nuevamente a tener presencia en los organismos internacionales, a restablecer las relaciones bilaterales”.
Los hechos así lo constatan: en la ONU Bolivia fue elegida como miembro del Consejo Económico y Social y el Consejo de Derechos Humanos para el periodo 2021– 2023, y de la Comisión de Estupefacientes (2022– 2024).
Además, tuvo una activa participación en la Comunidad de Estados Latinoamericanos y Caribeños, estableciendo la Agencia Latinoamericana y Caribeña del Espacio.
En el escenario multilateral retomó su participación con voz propia, destacando la presencia de la delegación boliviana en la Asamblea General de Naciones Unidas en Nueva York.
Se trabajaron 30 acuerdos bilaterales con diferentes países sobre temas sociales, cooperación e infraestructura, entre ellos el referido a Adopción Internacional con Francia.
DERECHA ARREMETE, EL PUEBLO SE INCLINA POR ARCE
Mientras, la derecha no ceja en su propósito de deslegitimar al gobierno y desestabilizar el país; para esto emplea subterfugios, como la desinformación, mentiras y falsos argumentos sobre temas sensibles, como el contenido y alcance de legislaciones.
Así sucedió recientemente con la Ley 1386, de la Estrategia Nacional de Lucha contra la Legitimación de Ganancias Ilícitas y el Financiamiento del Terrorismo, y el Proyecto de Ley Contra la Legitimación de Ganancias Ilícitas.
La primera de estas normativas jurídicas fue abrogada y la segunda retirada para “no dar lugar a confrontaciones entre bolivianos y, menos, a desestabilización», según comunicó oportunamente la ministra de la Presidencia, María Nela Prada.
Ellas fueron utilizadas como excusas por opositores como el gobernador de Santa Cruz, Luis Fernando Camacho, y el presidente del Comité Cívico Pro Santa Cruz, Rómulo Calvo, para convocar paros que dañaron la economía del país y de las familias que viven del día a día.
Tales artimañas perseguían fines políticos e intentos de golpe de Estado que fracasaron, entre otros motivos, debido a pugnas por el poder entre sus instigadores.
Pese a ello, más de la mitad de la población boliviana (55 por ciento) valora positivamente la gestión del presidente tras un año de mandato, según una encuesta del Centro Estratégico Latinoamericano de Geopolítica (Celag).
El estudio se basó en dos mil entrevistas telefónicas asistidas por computadoras y realizadas entre el 18 de octubre y el 10 de noviembre en los nueve departamentos del país, con representatividad tanto urbana como rural.
De acuerdo con el sondeo, la imagen del jefe de estado boliviano tiene una valoración positiva muy elevada, 47 por ciento, muy por encima de la mayoría de los presidentes en la región.
Este valor se explica en gran medida por la confianza de que goza entre la ciudadanía para resolver la situación económica: el 62 por ciento confía en que con Arce la mejorará en el corto y mediano plazo.
En tanto seis de cada 10 entrevistados adjudican un rol negativo al gobernador del departamento cruceño por generar división en el pueblo boliviano (44 por ciento) o buscar desestabilizar al ejecutivo (16 por ciento), subrayó el Celag.
En este contexto, el gobierno boliviano tiene clara su proyección, y así lo refrendó el presidente Arce en el discurso sobre su gestión: “Nuestro horizonte político es llegar a la celebración del Bicentenario (2025) con una Patria de la que todas y todos nos sintamos orgullosos, dentro y fuera de nuestro país”. (BSH)
Redacción Digital
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