La Habana, Cuba: Un sueño hecho realidad es hoy la transformación en Cuba de un paisaje rural degradado, en una finca agroecológica articulada con proyectos de desarrollo mediante la aplicación de buenas prácticas y soluciones tecnológicas, publica Prensa Latina.
La Finca del Medio era un anhelo familiar, crear una forma de vida diferente sin depender de muchas cosas para vivir, ser capaces de producir nuestros propios alimentos, un camino de 20 años no exento de dificultades, explicó una de sus miembros, Leydis Casimiro.
Cuando en 1993 nos trasladamos a ese asentamiento, comentó, uno de los problemas más acuciantes fue la escasez de mano de obra, pues la familia –actualmente con 11 miembros- en aquel entonces estaba formada por cuatro personas, dos de ellos menores, siendo Casimiro la mayor y tenía solo 12 años.
Esa necesidad, dijo, elevó la capacidad innovadora e innata de José Antonio Casimiro -padre de la entrevistada-, quien diseñó un equipo para la tracción animal que sustituye el trabajo de 66 hombres en las labores del campo y tiene la capacidad de realizar 28 tareas agrícolas diferentes.
Ello estableció un espacio para estudiar y ejecutar otras prácticas empíricas como una forma de evitar perder más tierra de la finca, es en ese entorno que comenzó el proceso de transformación.
Corría el año 2005 cuando el movimiento Campesino a campesino captó a los miembros La Finca del Medio como promotores agroecológicos, pero actualmente pertenecen a otros espacios como Permacultura en Cuba, SlowFood Internacional, el proyecto Biomas Cuba, así como a varias instituciones académicas, nacionales e internacionales, enumeró.
Hoy, Finca del Medio destaca por la novedad de las herramientas que implementa, entre ellas el ariete hidráulico, la construcción de barreras para proteger los suelos, el establecimiento de cercas vivas, la rotación de cultivos y las áreas de barbecho.
A estas se suman las prácticas de producción y empleo de abonos naturales, reforestación con frutales, innovaciones en los biodigestores, mecanismos de riego por gravedad, bioconstrucciones y más, continuó.
Un elemento de interés es el empleo de diferentes fuentes renovables como la solar, eólica y los propios biodigestores, ello permite a la finca abastecerse del 95 por ciento de energía y liberarse del uso de los combustibles fósiles, que por primera vez disfrutaron a los siete años de vivir en el lugar, recordó.
Junto al desarrollo de la finca, Casimiro cursó estudios universitarios. Graduada de Economía y Derecho, en ambas modalidades vinculó sus experiencias personales a la investigación; pero sus estudios van más allá, y también ostenta las categorías de Doctor en Ciencias Agrícolas en Cuba y Doctor en Agroecología otorgada por una universidad de Colombia.
Desde 2001 hasta aproximadamente 2018, explicó, Finca del Medio fue sede de gran diversidad de eventos, congresos y capacitaciones, sin embargo es en ese último año que decidieron incorporar el turismo rural.
La idea era sumar esta modalidad como una actividad complementaria para generar ingresos, a partir del hospedaje y la alimentación y, además, irradiar sus conocimientos, principios, valores y ética hacia otros contextos.
Más la esencia de Finca del Medio subyace en la iniciativa La idea de sobre la mesa, muy bien definida por José Antonio Casimiro.
“Es la raíz de un modelo de vida donde la finca familiar pueda ostentar la gloria de llevar a lo máximo como cultura, la simplificación de un conjunto de pequeños detalles que hacen grande el título de pequeños agricultores”, precisó.
“Pueden mostrar en la mesa la concepción natural de los alimentos, desde la selección de la semilla hasta su degustación. La idea sobre la mesa expone un nuevo pensamiento agrícola que se puede ver, oler, tocar y saborear como en una galería de arte”, añadió. (BSH)
Redacción Digital
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