La Paz: La certeza de que en Bolivia existió un golpe de Estado en 2019 prevalece hoy tras los hitos expuestos por el portavoz presidencial, Jorge Richter, contra “una falacia inaceptable” de autogolpe esgrimida por la oposición, publica Prensa Latina.
Aseguró el vocero que más allá de las “especulaciones” y declaraciones “sin ninguna consistencia” los hechos demuestran la interrupción de la democracia en 2019.
De esa forma, Richter respondió a las reacciones de la oposición tras dichos de que el expresidente Evo Morales instruyó a los movimientos sociales que le pidieran la renuncia.
Sirvió de pretexto para difundir en los medios “esa falacia”, que el jefe de bancada del Movimiento Al Socialismo (MAS) en la Cámara de Diputados, Andrés Flores, declaró ante la prensa que Morales instruyó a la Central Obrera Boliviana (COB) y al Pacto de Unidad pedir su dimisión en medio de las revueltas que forzaron su renuncia en 2019.
Richter rememoró, sin embargo, los cabildos realizados en octubre de ese año, en los cuales se convocó a la desobediencia civil y se preestableció que una victoria electoral del MAS sería considerada un fraude.
En los comicios del 20 de octubre, por otra parte, a partir de los datos no oficiales del Transmisor de Resultados Electorales Preliminares (TREP) y que no son vinculantes, la misión de la Organización de los Estados Americanos (OEA) pidió que se realizara una segunda vuelta electoral.
A su vez y con el argumento de la paralización del TREP, el candidato presidencial opositor Carlos Mesa denunció “un fraude monumental” hasta ahora nunca demostrado.
Estos elementos discursivos generaron una “indignación colectiva” que llevó a las movilizaciones en las nueve capitales de departamento y posteriormente al motín policial y la renuncia final de Morales.
Según Richter, otro factor que confirma el golpe de Estado fue la violación de la sucesión parlamentaria y presidencial establecidas en la Constitución, que llevó a Jeanine Áñez a usurpar la titularidad del Senado primero, y desde ahí fue encumbrada ilegalmente al sillón presidencial.
Recordó el portavoz que “el verdadero poder desequilibrante viene de las Fuerzas Armadas”.
Sobre la base del informe del Grupo Interdisciplinario de Expertos Independientes, que investigó la crisis social y política de 2019, describió que el general William Kaliman, máximo jefe militar de entonces, no “insinuó” la renuncia de Morales, sino que le dio un “ultimátum”.
Subrayó que la tarde del 10 de noviembre de 2019 Kaliman compareció ante los medios rodeado de altos oficiales vestidos todos con uniforme de campaña. Similar proceder tuvo el comandante general de la Policía Yuri Calderón, quien se sumó al motín de ese cuerpo iniciado en Cochabamba y que se extendió a todo el país andino-amazónico.