Otro 8 de noviembre en Melena del Sur y no otro cualquiera. En medio de una cruel guerra mediática dirigida entre otros objetivos a desconocer nuestra historia el pueblo rindió una nueva jornada de tributo a Rogelio Perea Suárez y al resto de los mártires de esta localidad que ofrendaron la vida generosamente en nombre de quienes sufrían los desmanes de la explotación de los más poderosos o defendiendo las conquistas alcanzadas a fuerza de fuego y sangre en aquella alborada de enero.
Tras la bandera cubana enorme como los sueños de los pobres de la tierra, de su esperanza, portada por jóvenes marchó una representación de lo mejor del pueblo quien recorrió las acostumbradas calles sumida en respetuoso silencio desde el parque de Maceo hasta el cementerio de la localidad.
En la multitud marchó también el espíritu de Rogito quien con sólo 21 años enfrentó el acoso por más de 5 horas de los sicarios de Batista en Goicuría y Ofarrill, en el barrio capitalino de la Víbora.
Allí lo del tradicional pase de lista en las sentidas palabras de recordación sobrevolaron la brisa de la fresca mañana de noviembre los versos de Raúl Gómez invitando a la batalla inconclusa por la Patria.
Que se borren de Cuba franjas que marchiten su estrella solitaria, que se oiga tu voz omnipotente clamar en los espacios siderales y que caiga el tirano sanguinario vencido por la patria libertaria.
Manos amorosas colocaron flores frescas en las tumbas silenciosas de obreros, campesinos, intelectuales, combatientes, y del niño Alberto Herrera Prado, el joven alfabetizador que perdió su vida cumpliendo con el deber de hacer feliz y libre al prójimo despejando las sombras de la ignorancia durante la campaña de alfabetización.
Todos hombres de bien, quienes enorgullecen la historia de este territorio. Otros de noviembre en el que a pesar de las feroces campañas contra la Revolución cubana se convierte en una nueva oportunidad para refrendar el compromiso con el pasado y su proyección con el presente y el futuro. Otro Día de los Mártires en el que el pueblo de Melena del Sur con su acompañamiento reafirmó que continúa siendo la historia la sabia de la cual se nutre el alma de los pueblos.