71 años han transcurrido desde la epopeya de aquel 26 de julio de 1953, protagonizada por jóvenes cubanos, cuyos ideales revolucionarios le impedían ver a Cuba subyugada por un gobierno que no respondía a los intereses de su pueblo.
La situación de precariedad en que se encontraba la población en Cuba en temas como la educación y la salud, así como los problemas sociales agravados por el golpe de estado del 10 de marzo de 1952, dirigido por Fulgencio Batista fueron el detonante de estas acciones
Liderados por Fidel y Raúl Castro y Abel Santamaría aquel grupo de 135 hombres sencillos se negaba a dejar morir al Apóstol en el año de su centenario, que era también una forma de renunciar a los ideales independentista y de amor a la patria que legara a los cubanos nuestro José Martí.
Los asaltos a los cuarteles Moncada y Carlos Manuel de Céspedes aunque constituyeron una derrota militar marcaron un antes y un después del Movimiento de Liberación Nacional en Cuba.
En 1961, el entonces comandante Raúl Castro Ruz y Ministro de las Fuerzas Armadas Revolucionarias (FAR), al referirse a la importancia histórica de este acontecimiento manifestó: …En primer lugar inició un período de la lucha armada que no terminó hasta la derrota de la tiranía. En segundo lugar, creó una nueva dirección y una nueva organización que repudiaba el quietismo y el reformismo, que eran combatientes y decididos y que en el propio juicio levantaban un programa con más importantes desmanes de la transformación socioeconómica y política exigida por la situación de Cuba… Como expresó Fidel: El Moncada nos enseñó a convertir los reveses en victorias.
Hoy, los cubanos recordamos con orgullo esta hazaña de quienes nos dejaron como legado la dignidad de un pueblo que está dispuesto a entregar su vida por la defensa de sus ideales. (rda)