La capital de todos los cubanos está de cumpleaños, cuentan hoy 505 años de la fundación de la villa San Cristóbal de La Habana y a pesar de los rasguños del tiempo y la naturaleza mantiene ese arte que la hace bonita y seductora.
Auténtica, majestuosa, testigo de amores, de historia, de anécdotas que nunca arrebatará el olvido fue y es hoy San Cristóbal de La Habana inspiración de poetas, recuerdo inolvidable, sitio prendado al corazón de cubanos y foráneos.
Hermosa ciudad marcada por cierto hechizo que la hace diferente y por siempre espacio amado, imposible hablar de ella sin mencionar a Eusebio Leal, el caballero que la amó y nos invitó a recorrer sus calles, a descubrir en lo simple el encanto y a aprender de sus sitios la historia misma.
Abriga su encanto fundacional y abraza esa mezcla de tradiciones y modernidad que esculpen a diario una imborrable impronta, esa que la muestra imprescindible en la memoria.
Más allá de aquellos sitios que pueden nublar su belleza, son más los atractivos que la hacen especial, merecedora de la preferencia de muchos que la saben preciado destino.
Numerosas interpretaciones musicales revelan pasión por ella, baste citar “Esto no es una elegía”, de Silvio Rodríguez; “Habáname”, de Carlos Varela; “Andar La Habana”, de Ireno García; “La Habana quiere guarachar contigo” de Cándido Fabré “La Habana en Febrero” de: Liuba María Hevia; “Por La Habana”, de Marta Valdés; “La Habana no aguanta más” y “La Habana sí”, de Juan Formell y Los Van Van , “Que se sepa, yo soy de La Habana”, de Chucho Valdés y “Hoy mi Habana” de José Antonio Quesada.
Testigo de hechos trascendentales de nuestra historia, refugio de artistas que en ella encontraron fuente de inspiración, lugar al que siempre se recurre con deuda infinita porque en sus calles, en los más insospechados parajes, en su gente, quedó la anécdota, la amistad inquebrantable, el cariño y multiplicadas razones para no creer en el olvido.
La Habana, en femenino, cual señora distinguida que no esconde sus arrugas, está ahí, inscrita en el tiempo, en la nostalgia, estampada en postales, en la preferencia de muchos que insisten en conocerla, en ese sentimiento sublime que hace amarla por siempre.
Habana mía y de todos, una vuelta más ante la ceiba que marca la tradición en tus entrañas para desearte vida a ti ciudad amada y a todos los que te sabemos nuestra capital.
Tomado de Radio Camoa