El Doctor en Ciencias Marcel Deniel Mendieta Pedroso, Profesor Principal de Medicina, Presidente del Consejo Científico Provincial de Salud, Presidente del Capítulo de Medicina Interna y miembro del Grupo Nacional de Medicina Interna, certifica cada día el pensamiento martiano: “La medicina pasa al médico que ya por serlo cura, y con su sonrisa suele abatir la fiebre”.
Este profesional de la salud de Mayabeque, Especialista de Primero y Segundo Grado en Medicina General e Integral y Especialista en Primero y Segundo Grado en Medicina Interna nos comenta acerca de su eterno amor a su carrera.
_ Doctor, ¿Qué lo motivó a estudiar medicina?
Me motivó mi padre. Mi padre era una persona muy humilde que con mucho trabajo y mucho sacrificio se hizo médico y después se hizo clínico y ha sido mi paradigma hasta estos días. Yo seguí sus pasos por sus enseñanzas, por los valores que me transmitió y por considerar la medicina una profesión noble, una profesión muy cerca de la gente necesitada, y con la personalidad que tengo, creo que no me identifico con otra carrera que no sea con la medicina.
_ En estos 20 años de graduado de medicina, ¿Cuáles han sido las satisfacciones que ha tenido?
La satisfacción fundamental es cuando un paciente en estado de gravedad logra salir ileso de la enfermedad; ayudar al bien morir a las personas que tienen una condición que uno como médico no puede modificar; la enseñanza a las nuevas generaciones de médicos.
En estos tiempos que hay crisis de recursos materiales y humanos, uno se deleita en tratar de transmitir sus enseñanzas y valores para tratar de que cambie el futuro de la especialidad.
_ Desde el año 2006 al 2010 cumplió misión internacionalista en la República Bolivariana de Venezuela, ¿Qué experiencias guarda de esa etapa?
Venezuela fue una gran escuela. Aprendí en todos los sentidos, en el plano docente, en el existencial, incluso en el plano administrativo. Llegué a Venezuela con 26 años y cuando regresé tenía 31, ya tenía un grado de madurez y prácticamente te puedo decir que esa madurez la adquirí en la misión.
Por supuesto que traté pacientes con enfermedades que no son frecuentes en Cuba. También me acerqué a un pueblo con una cultura diferente a la nuestra y le ofrecimos salud, esto me proporcionó una satisfacción enorme.
_ Usted es Profesor Principal de la Facultad de Ciencias Médicas y Profesor Titular, ¿Conocía de su vocación de maestro?
No sabía que tenía vocación de maestro ni nunca lo imaginé. Me formé con el decursar de los años, con mucho estudio y trabajo y con el aprendizaje de mis profesores que me ayudaron mucho en mi carrera. El desempeño en las guardias médicas, unido al trabajo investigativo, me fortaleció como profesor y me brindó herramientas para transmitirle a los estudiantes.
_ Es Especialista de Primero y Segundo Grado en Medicina General e Integral y Especialista en Primero y Segundo Grado en Medicina Interna, ¿Cómo es el día a día con el paciente, aún cuando sufrimos la precariedad de recursos materiales?
Hay que estudiar mucho y apegarse a las normas establecidas. Debemos acercarnos a la dolencia de los pacientes, a la medicina preventiva que es la base de la medicina y sobre todo explotar el método clínico que ofrece una serie de técnicas que facilita el diagnóstico y que es fundamentalmente lo que nosotros enseñamos para hallar un diagnóstico preciso. Eso requiere de años de experiencia y de dedicación. Definitivamente, dedicarnos a la medicina interna como vocación es como un sacerdocio.
_ ¿Cómo asumir la profesión de médico en estos tiempos de pocos recursos humanos y material?
Hay un dato interesante en los consejos de escolapios que tienen una gran vigencia en la actualidad: el médico debe tener un estilo de vida diferente, a veces hay que despojarse de la sonrisa, de la posibilidad de un baile. Hay que despojarse de gustos y placeres y dedicarse mucho a la profesión.
“Yo sé que es muy difícil en estos tiempos, es muy complejo el escenario en el que uno trabaja; pero cuando uno tiene la satisfacción de que un paciente sale sonriendo de su consulta o que hace un buen diagnóstico con pocos recursos y que ese diagnóstico puede ser el pronóstico de la vida del individuo y que con ello lo conduces a un mejor estilo y condición de vida diferente, entonces eso aporta una gran satisfacción”.
_ ¿Se siente un profesional realizado?
Si vuelvo a nacer hago exactamente lo que he hecho hasta ahora y en los próximos 20 años me seguiré dedicando a la medicina. Eso haré mientras viva. (rda)