Santa Bárbara: fe y tradición para el pueblo de Güines

Mayabeque, Cuba: En una pequeña y sencilla edificación en la ciudad de Güines, situada a 50 kilómetros al sur de la Habana, se le rinde culto a la Santa Bárbara.

Se conserva en ese lugar una imagen de la santa traída desde Barcelona España, por el Párroco Mora en 1864.

Después de llegar la imagen de la virgen al pueblo, se le comenzó inmediatamente a rendirle honor a la santa, a la que se le atribuyen muchos milagros, en un pequeño local. Posteriormente fue construida en 1955 la capilla actual.

En las paredes se pueden admirar varias reliquias, joyas y objetos de valor en oro, donados a la santa por los fieles, en cumplimiento de una promesa o solo en agradecimiento.

También se puede ver una antigua placa de mármol que cuenta la historia de la imagen de la virgen y de la Capilla, construida en su honor.

El 4 de diciembre, día de Santa Bárbara, se ha convertido en un día de fiesta tradicional para los güineros y muchos de los habitantes de los poblados a su alrededor.

Desde temprano acuden creyentes a rendirle culto a la santa, pedirle favores y agradecerle por los bienes y la protección recibidos.

El culto a Santa Bárbara-Changó en la localidad deviene fenómeno masivo, con independencia de los diferentes niveles de devoción y consetudineidad de sus manifestaciones. No existen estadísticas rigurosas que avalen tal afirmación, pero la misma se sostiene por derecho consensual.

Para entender la psicología social del güinero y sus proyecciones conductuales, es preciso historiar el proceso de entrecruzamiento de la fenomenología sacromágica en torno a estas deidades. Soslayar dicho examen mutilaría la biografía sociocultural colectiva; y lastraría cualquier ensayo de interpretación de las formas de ser y pensar del lugareño.

En Güines, el barrio de Leguina, bien pudiera definirse como patrimonio imperecedero de ese gran ajiaco cocido durante varios siglos y que nos da un rostro etéreo, pero también diferente. Allí, donde los tambores suenan cada amanecer del 4 de diciembre hay una historia que vale la pena conocer.

La Santa Bárbara de hoy no oculta su rostro, como hubo de suceder en tiempos coloniales. Ella permanece en su Capilla y es adorada por miles de personas que llegan desde todos los puntos del país, también desde el exterior.

Allí convergen el más sencillo obrero, el intelectual, el reconocido artista, y todos los que de alguna manera están enlazados por los fuertes lazos de la tradición popular.