Mayabeque, Cuba: Desde la víspera y un poco después del  amanecer  de  hoy  28 de enero inició la celebración del aniversario 168  del natalicio de José Martí, el Apóstol de la independencia cubana  y  baluarte  identitario  más importante de la nación .

Cada acción y gesto, del mismo ungido del compromiso con sus ideas, particularmente en los jóvenes y expresado por ellos como dignos herederos de su legado.

Sentir  el calor de ese homenaje, precisamente en una fecha como esta, nos remite a su obra, en cuya pasión y verdad  hay tantas lecciones  de vida.

A la   epístola  enviada a María Mantilla, desde Cabo Haitiano, el 9 de abril de mil 895 regreso infaliblemente cuando  pienso en su impresionante legado.

Toda la carta es hermosísima. En ella les da sabios consejos a María, a quien amó como a una hija.

Casi no puede concebirse cómo Martí podía escribir textos como este, un verdadero tratado de pedagogía, en momentos en que tenía la vida a un lado, la muerte a otro, y un pueblo a las espaldas.

Estas expresan ideas que conservan una edificante vigencia, con una lección de humanidad y comportamiento social, de indudable fuerza guiadora.

?Es como la elegancia, mi María, que está en el buen gusto, y no en el costo. La elegancia del vestido, -la grande y verdadera, -está en la altivez y fortaleza del alma. Un alma honrada, inteligente y libre, da al cuerpo más elegancia, y más poderío a la mujer, que las modas más ricas de las tiendas. Mucha tienda, poca alma.

Quien tiene mucho adentro, necesita poco afuera. Quien lleva mucho afuera, tiene poco adentro, y quiere disimular lo poco. Quien siente su belleza, la belleza interior, no busca afuera belleza prestada: se sabe hermosa, y la belleza echa luz.

Procurará mostrarse alegre, y agradable a los ojos, porque es deber humano causar placer en vez de pena, y quien conoce la belleza la respeta y cuida en los demás y en sí.

Pero no pondrá en un jarrón de China un jazmín: pondrá el jazmín, solo y ligero, en un cristal de agua clara.

Esa es la elegancia verdadera: que el vaso no sea más que la flor. -Y esa naturalidad, y verdadero modo de vivir, con piedad para los vanos y pomposos, se aprende con encanto en la historia de las criaturas de la tierra?.

Proponer  lecturas como estas a quienes, nos ofrecen la confianza de que un mundo mejor es posible, debería  ser el mejor regalo  a quien con su ejemplo nos  enseñó a amar  sin poseer, acompañar sin invadir y a vivir sin depender. (BSH)

Olga Lidia Gómez Ramos

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