El impacto de la Covid-19 en nuestro país, nos ha dejado bien claro la importancia que tiene una higiene profunda y el cuidado personal ante enfermedades gripales.
Nos enseñó, además, que el virus no escoge a quien contagiar, por lo que se hace vital la disciplina en lugares públicos, cumpliendo con las medidas que de una forma u otra nos han salvado la vida.
Impuso en la sociedad un nuevo estilo de vida, una prenda de vestir que a la fuerza tuvimos que sumar a nuestro guardarropa, puso en pausa celebraciones, reuniones, centros de trabajos y hasta instituciones educacionales.
Al fin podemos ver una luz al final del túnel, los inmunógenos creados para combatir dicha enfermedad comienzan a surtir efectos, pero nos falta por comprender que estos no funcionan por si solos.
Todavía existen personas que no entienden el valor de llevar puesta una mascarilla o de guardar el distanciamiento social, no se dan cuenta que de eso depende el paso hacia la nueva normalidad.
Tristemente esta pandemia nos ha afectado por casi 2 años además nos trajo mucho dolor por la pérdida de seres queridos y amigos cercanos.
Pero los que hemos escapado de ella no podemos confiarnos, al contrario, debemos seguir en la batalla por eliminar de manera radical al Sars-CoV-2.