Vilma, perfumó la sierra y el llano de un aroma imperecedero, el de su legado.

Hoy en su cumpleaños 92 nos acompaña como siempre, con la calidez de su sonrisa tenue y amorosa, en el difícil combate que enfrenta la Patria y en la firme decisión de todos los cubanos a no claudicar contra la terrible pandemia que azota al mundo y ante la guerra  económica, despiadada y desigual a la que nos somete el imperio.

Profesionales, artistas, mujeres de la más humilde condición homenajean desde su labor creativa, desde su corazón o del recuerdo a la flor más universal de la Revolución como la llamaría su compañera de luchas y autora del libro del mismo nombre la Doctora Ligia Trujillo quien desde, su página insta a los jóvenes a ver en Vilma un ejemplo de valores e integridad.

Se le recuerda en los ojos cansados, pero  preñados de entereza de cada una de las mujeres que integran ese Ejército de Batas Blancas que dentro y fuera de Cuba han hecho y hacen historia, en uno de los períodos más difíciles que ha vivido la humanidad.

También en la entrega de todas las que crean bienes y servicios,  apostando por la vida.

Perpetúan su imagen artistas de la plástica y otros que la pintan desde el poderoso sentimiento que albergan.

Celebran también la plena existencia de Vilma Espín como conductora principal de las acciones políticas y estatales que materializaron el acceso pleno de la mujer cubana a sus derechos, escritores y poetas como la güinera y mayabequense, orgullosamente nuestra, la  Dra.  Felicia Hernández Lorenzo con estos preciosos versos, los que tituló Legado:

En desvelo y madrugada
supiste de la contienda
y supiste de la senda
que condujo a la alborada
__guerrillera enamorada
del vuelo de un colibrí__

Nos dejas, mujer, aquí
todo el bien de tus empeños
para realizar los sueños
más hermosos de Martí.

El suave olor de las orquídeas, el elegante colorido de las buganvilias y el verdor de los helechos que tanto amaba, unido a la lealtad de un pueblo enamorado hacen que cada 7 de abril, recuerden el legado presente de la flor imprescindible de la Revolución: nuestra Vilma Espín Guillois. (BSH)

Olga Lidia Gómez Ramos

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