La Huelga General del 9 de abril, convocada por la dirección nacional del Movimiento 26 de Julio, presidida por Fidel Castro. Protagonizada por centenares de combatientes, en su gran mayoría jóvenes obreros y trabajadores humildes, con el objetivo de paralizar a la nación y desatar un movimiento de masas que propiciara el derrumbe de la dictadura de Fulgencio Batista.
La situación que sirvió de prólogo a esta jornada de lucha era de apogeo revolucionario como continuidad de un proceso insurreccional iniciado el 26 de julio de 1953 con el asalto al Cuartel Moncada, segunda fortaleza militar del país. Factores de orden táctico y organizativo malograron el éxito de aquella jornada.
Sin contar las numerosas acciones de los frentes guerrilleros en apoyo a la huelga, que incluyeron la intrépida presencia de Camilo Cienfuegos en los Llanos del Cauto, los hechos mas significativos ocurridos a través del país fueron:
- Asalto a las emisoras nacionales y la transmisión por sus canales del llamamiento a la huelga general revolucionaria.
- Asalto a la armería de La Habana Vieja, la voladura de registros de electricidad
- Paros y sabotajes en varias terminales del transporte
- Quema de gasolineras y de vehículos
- Interrupción del tránsito de entrada y salida de la capital
- Sabotajes, acciones y paros en Guanabacoa, el Cotorro, Madruga
- Asalto a la emisora de Matanzas dirigido por Enrique Hart
- Descarrilamiento de trenes en Jovellanos
- Ataque al Cuartel de Quemado de Güines y la interrupción de la Carretera Central en Manacas
- Acciones del Condado en Santa Clara
- Paralización y el dominio absoluto de Zagua la Grande
- Asalto y sabotaje a la planta eléctrica de Vicente en Ciego de Ávila
- Acciones diversas en Camagüey
- Paralización prácticamente completa de todo Oriente por la acción combinada de las fuerzas guerrilleras y de la clandestinidad, incluido el ataque al Cuartel de Boniato por las milicias de Santiago de Cuba dirigidas por René Ramos Latour, “Daniel”, sustituto de Frank País en la Jefatura Nacional de Acción en la Sierra Maestra durante el último combate del Movimiento, que después cayo heroicamente contra la ofensiva de la tiranía.
Se luchó y murió en toda Cuba. A mediodía, la huelga fue decreciendo. Las faltas de coordinación impidieron que el paro en el sector del trasporte fuera unánime.
Marcelo Salado, dirigente del Movimiento en la capital, fue a reunirse con los dirigentes obreros. En la esquina de las calles G y 25, a solo dos cuadras del lugar de reunión, lo interceptaron los esbirros de la tiranía que casualmente pasaban por allí. Fue masacrado en plena vía pública, ante los clientes y empleados del garaje ubicado en esa intersección.
Redacción Digital
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