La mascarilla, nasobuco o tapa bocas como también se le nombra,  hoy destaca por su uso a nivel mundial para prevenir la Covid-19, de ahí su vital importancia para las personas de todas las edades.

Su empleo garantiza la protección respiratoria apropiada y evita  la propagación del virus SARS-CoV-2 que ha provocado tantas muertes.

Sobre el uso del nasobuco se habla mucho en los medios de comunicación, principalmente de su producción y uso, y de cómo confeccionarlo en casa. No obstante, persiste el uso indiscriminado o inadecuado del mismo.

Es por ello que antes de ponerse una mascarilla, lávese las manos con un desinfectante a base de alcohol o con agua y jabón,  cúbrase la boca y la nariz.

Cámbiese tan pronto como esté húmedo y no reutilice los mascarillas desechables, en el caso de retirársela hágalo por detrás (no toque la parte delantera); deséchela inmediatamente en un recipiente cerrado; y lávese las manos.

En cuanto a la reutilización de los nasobucos de tela: una vez retirado, póngalo a remojar en agua jabonosa durante 15 minutos. Si dispone de cloro, vierta una cucharada en el agua jabonosa, restriegue con energía para desprender las secreciones que pueden haberse adherido a la tela.

También es recomendable enjuagar con abundante agua corriente hasta que no queden restos de jabón. Póngalo a secar al sol, una vez seco, debe plancharlo a alta temperatura.

El uso del nasobuco hoy es sinónimo de salud, hágalo por usted y por su familia. (LHS)

Elsa Gómez Valle

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