El 24 de febrero de 1895 se reinició en cuba la lucha contra la opresión española, una guerra necesaria.
Luego de finalizada la de los Diez años, según describen apuntes de la época, Cuba estaba sumergida en una crisis económica , matizada por la malversación de los presupuestos y por una alta y férrea política impositiva de la corona española. La pérdida del control económico de la metrópolis acrecentaría la represión.
En medio de tan compleja situación Martí propuso una alternativa de hondo significado político, la elección del general en jefe del ejército libertador el dominicano máximo Gómez, la que fue aprobada por unanimidad.
Era una opinión generalizada entre los emigrados y en la isla que sin su participación del valioso guerrero resultaba imposible el éxito completo de una nueva contienda
Al asumir la encomienda que el partido ponía en sus manos , el general se hacía cargo de una tarea esencial , convocar a jefes y oficiales que en algún momento estuvieron bajo sus órdenes y con ellos poner en movimiento una estructura militar.
Martí por su parte se apoyaría en las bases del Partido Revolucionario Cubano, herramienta política que garantizaría el importante proceso.
En el camino surgieron desacuerdos en aspectos tácticos y hubo momentos de incomprensión, pero todas las dificultades se allanaron por la fuerza de los principios compartidos.
Esta gesta aunque superior a la de los 10 años tuvo una vez más el infortunio de que se repitieran errores de esa campaña como la falta de unidad entre los jefes militares.
La situación posibilitó que Estados Unidos encontrara una brecha para aniquilar los órganos representativos de la nación cubana , a esto se sumó la perdida de líderes políticos y militares aglutinadores como Antonio Maceo y José Martí , quienes perecieron en el campo de batalla .
Estados unidos acechó como un tigre por 30 años, la lucha del pueblo cubano y puso su empeño en apoderarse de la mayor de las Antillas lo que se expresa en la jugada oportunista de impedir la entrada de las tropas mambisas a Santiago de cuba y con el tratado de parís que ponía fin a la denominada guerra hispano-cubana.
La capacidad predictiva del apóstol, quedaría expresada en su obra en repetidas ocasiones “ El tigre espantado del fogonazo vuelve de noche …no se le oye venir porque viene con zarpas de terciopelo” , o en la alusión al gigante de las siete leguas contenida en el ensayo Nuestra América y a pocas horas de morir , en su carta testamento a su amigo Manuel Mercado
“Ya estoy todos los días en peligro de dar mi vida por mi país y por mi deber- puesto que lo entiendo y tengo ánimos con que realizarlo de impedir a tiempo , con la independencia de cuba , que se extiendan por las Antillas los estados unidos y caigan, con esa fuerza más , sobre nuestras tierras de América . Cuanto hice hasta hoy y haré, es para eso…”
No obstante el reinicio de la guerra el 24 de febrero de 1895 y todas su trayectoria sirvieron de enseñanza para tiempos posteriores desde el punto de vista político-militar sobre todo en cuanto a la necesidad de un mando único y la importancia del factor que hasta hoy ha garantizado nuestra soberanía la unidad . (IVP)
