Una imagen vale más que mil palabras, por ello las que viajan a diario por estos días a todas partes del mundo a través de los diferentes medios convencionales de información y de las bondades de las nuevas tecnologías, vienen a convencer hasta a los más escépticos de que en Cuba gozamos de una verdadera democracia.
Recuerdo mi estancia en tierras venezolanas donde más de una vez enfrenté con los sólidos argumentos que sustentan nuestra verdad, los ataques de algún que otro majunche, uno de los simpáticos epítetos con que la esencia bromista de los habitantes de esa tierra bautizaban a los servidores de los enemigos de la causa revolucionaria iniciada por el presidente Chávez.
Aquellos pocos, allí como en otras partes del mundo pretendían desconocer la democracia del sistema electoral cubano por citar un ejemplo.
El proceso de consulta con el pueblo, iniciada el pasado 13 de agosto, sobre la nueva constitución, único en el mundo, a aprobarse el 24 de febrero de 2019, a través del histórico referéndum, la posibilidad de que el pueblo tenga voz y voto en la conformación de cada término o concepto de que según su apreciación se puedan cambiar, eliminar o adicionar elementos, lo convierte en parte de la declaración universal de derechos humanos en su Artículo 21,3.
Esta inspira la creación de constituciones en todo el mundo y contribuye a la aceptación global de los valores y principios democráticos con su frase identificativa La voluntad del pueblo será la base de la autoridad del gobierno.
La agenda 2030 para el desarrollo incluye la democracia en su objetivo número 16, el actual proceso llevado a cabo en centros de trabajo, en barrios y parajes más apartados de la geografía mayabequense, incluso en los espacios menos convencionales y en todo el país, no solo demuestra la realidad de Cuba en ese sentido sino que la actualiza, la mejora, la dimensiona.
Aunque no se puede negar el hecho de que no hay peor ciego que el que no quiere ver, pese a los criterios malintencionados del enemigo, ahí va Cuba, haciendo cada vez más historia en cuanto a equidad, soberanía y democracia.