Mayabeque, Cuba: Hoy es difícil pronunciar las palabras. Ha muerto el Teniente Coronel Miguel Cordoví de la Delegación Provincial del Ministerio del Interior en Mayabeque. En una de las muchas vidas que nos ha arrancado la COVID-19.
La noticia fue dura y desconcertante. Conmocionó a todos los que le conocimos y tuvimos el privilegio de ser compañeros y amigos de un hombre excepcional.
Su vida entregada por completo a la defensa de la Patria. Primero en las filas de las Fuerzas Armadas Revolucionarias y luego en las del Ministerio del Interior.
Nos hablan de un cubano revolucionario por convicción y quien recibió varias distinciones y reconocimientos por su intachable trayectoria militar.
Es difícil asimilar su inesperada partida, asociarlo a la muerte cuando Cordoví llenaba de vida y alegría tan solo con su presencia cualquier lugar.
Jaranero y bromista, inteligente y capaz. En él se mezclaba en perfecta armonía el humor criollo y el más estricto sentido del deber. De ahí la necesidad de todos de quererlo y respetarlo.
Madruga pierde un hijo leal y bueno, el Ministerio del Interior en Mayabeque a uno de sus combatientes más dignos y sobresalientes. La Defensa Civil en Cuba a uno de sus especialistas mejor preparado y quienes le conocimos a un amigo íntegro.
Pero todos ganamos un ejemplo, una lección de vida, una guía para seguir haciendo y construyendo con optimismo y responsabilidad por Cuba.
Algunos compañeros y familiares lo despidieron en el cementerio de Madruga. Hasta el merecido y masivo homenaje en su último adiós nos negó esta cruel pandemia.
Esa deuda hay que saldarla siendo fiel a su legado de amor y compromiso y siendo mejores revolucionarios cada día. (YDG)
