Día de la Rebeldía Nacional.

“Era la mañana de la Santa Ana, mañana de julio pintada de rosa”, como escribiera  el poeta Jesús Orta Ruiz, cuando, bajo la guía de Fidel, 131 combatientes con un arrojo que aún emociona, partió desde la Granjita Siboney, a tan solo unos kilómetros de la ciudad de Santiago de Cuba, para asaltar el Cuartel Moncada, el segundo de importancia de la tiranía batistiana.

Ese propio amanecer de aquel 26 de Julio de 1953, otros dos grupos, comandados por Abel Santamaría y Raúl Castro, tratarían de tomar dos importantes edificios contiguos al cuartel: el Hospital Civil Saturnino Lora, donde se atendería a los heridos, y el Palacio de Justicia, desde cuya azotea apoyarían la acción principal.

Transcurridos los años, ambas acciones han quedado en la memoria colectiva y en el corazón de millones de compatriotas, porque ese día, sin lugar a duda, comenzó a cambiar para siempre el destino de un país sumido en un caos general.

Al líder indiscutible de la Revolución se unieron figuras importantísimas en el noble propósito de alcanzar una Cuba libre y soberana.    

Antes de tomar el rumbo hacia aquellas acciones, Fidel expresó: “¡Jóvenes del Centenario del Apóstol! Como en el 68 y en el 95, aquí en Oriente damos el primer grito de ¡Libertad o Muerte!”

Redactado por Raúl Gómez García y leído por Fidel Castro Ruz, momentos antes de partir,  el manifiesto del Moncada  era la  brújula que apuntaba el objetivo.

“Ante el cuadro patético y doloroso de una República sumida bajo la voluntad  caprichosa de un solo  hombre, se levanta el espíritu nacional desde lo más recóndito del alma de los hombres libres.”

Hace 68 años que el pueblo de la nación caribeña rinde honor a la memoria de la Generación del Centenario que encaró a la dictadura del entonces presidente golpista, Fulgencio Batista, para realizar  profundas transformaciones políticas, económicas y sociales.

El asalto simultáneo a los cuarteles Moncada, en Santiago de Cuba, y Carlos Manuel de Céspedes, en Bayamo, despertó la conciencia popular e inició la gestación del futuro Ejército Rebelde que conseguiría la victoria definitiva el primero de enero de 1959.

Cuando hablamos de la Generación del Centenario, es esa vanguardia revolucionaria que comprendió la necesidad de levantarse en armas e instaurar una República basada en el respeto, la igualdad y justicia social.

Fidel hizo todo cuando abrió la ruta victoriosa para que Cuba saliera de la sombra de un pasado ignominioso.

Cuba vive hoy una nueva etapa de transformaciones radicales en beneficio del pueblo, aunque la lucha continúa pues no cesan el bloqueo ni la agresión imperialista.

Cuando el país actualiza su modelo de desarrollo económico y social y la continuidad de la Revolución es un hecho incuestionable, bajo la guía del Partido Comunista, encabezado por el presidente de la República Miguel Díaz-Canel Bermúdez, siguen los intentos de seducción, el discurso ahistórico y suave, los artificios y el deslumbramiento han enganchado a unos cuantos.

Pero la inmensa mayoría sigue de este lado de la Historia.

Nuestro reto está en convertir cada día esa mayoría política en fuerza ideológica consciente y capaz para la batalla; en fuerza económica dinámica y pujante para el desarrollo.

Cuba abraza a los que saben amar y fundar, y desprecia a los que odian y deshacen. Como quería Martí, fundaremos la República nueva, con todos y para el bien de todos, en el amor y la fraternidad de todos los cubanos. (BSH)

Maria Elena Fernández

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