La Habana, Cuba: Cuando lo que sería una insurrección nacional fijada para el 5 de septiembre de 1957 se vino abajo, el pueblo y las fuerzas insurgentes de la ciudad de Cienfuegos decidieron inscribir como hazaña el alzamiento en sus límites.
Aunque como objetivo se previó un levantamiento conjunto con ataques a puntos militares en varias localidades del país, las acciones del plan se limitaron.
Entonces lo que sería una sublevación nacional quedó aislada en la urbe del centro sur de Cuba, donde el Movimiento 26 de julio (M-26-7), representantes de la Marina y sectores populares enfrentaron la maquinaria feroz del seudo gobierno de Fulgencio Batista.
‘El origen de la sublevación de Cienfuegos databa de muy atrás. Ya desde el año de 1956, un grupo de marinos, soldados y cabos de la Base de Cienfuegos había entrado en contacto con el Movimiento 26 de Julio’, explicó a los 20 años del suceso el líder histórico de la Revolución, Fidel Castro.
El 30 de noviembre, cuando se aproximaba el desembarco del yate Granma y cuando tuvo lugar el alzamiento de Santiago, existía desde entonces la idea de producir el alzamiento de Cienfuegos. Pero no fue posible en esa ocasión, detalló.
‘Más adelante, cuando nosotros estábamos en la Sierra Maestra, persistió la idea de producir un levantamiento en Cienfuegos con el apoyo del grupo de marinos revolucionarios, para organizar después un frente en las montañas del Escambray’.
De acuerdo con el estratega, el propósito era tomar las armas de Cayo Loco y avanzar hacia el macizo montañoso del Escambray, el más importante de la región central cubana, para constituir un segundo frente guerrillero.
El plan fue dirigido por Julio Camacho Aguilera, en representación del M-26-7, mientras que los jóvenes oficiales de la Marina de Guerra designaron al alférez de fragata Dionisio San Román como su jefe.
Quizás el principal valor histórico de la acción radicó en el apoyo del pueblo de Cienfuegos: a los primeros 70 combatientes del M-26-7 se sumaron hombres, mujeres, jóvenes y adolescentes que pidieron armas para el combate contra el dictador.
No obstante la manifiesta superioridad militar del enemigo, la resistencia heroica mantuvo el combate hasta las últimas consecuencias en una ciudad que fue libre durante 24 horas.
Con esa acción de dignidad, la fecha se convirtió en un hito de la historia de Cuba.
Redacción Digital
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