La pandemia de la COVID-19 ha provocado un descenso de los flujos turísticos en Cuba y el mundo. La recuperación va a ser asimétrica y solo se logrará en 2023 o 2024.
Actualmente la innovación se ha convertido en el eje central del desarrollo del ramo, no solo en la nación caribeña, sino a nivel internacional.
Hoy la Isla tiene que ser innovadora por obligación porque es la manera en que podrá retornar a los niveles anteriores a la pandemia.
En la medida en que los destinos del país sean capaces de avanzar más en este sentido, de ser más inteligentes, de satisfacer mejor las expectativas de los turistas, va a existir una recuperación más rápida.
Cuba tiene un grupo de características que le son favorables para este proceso como el potencial de trabajadores calificados y con nivel de especialización, la fuerte vinculación con universidades, la existencia de una escuela ramal, y de centros de capacitación en todas las provincias.
También el Ministerio de Turismo introdujo un protocolo de higiene y seguridad contra la Covid-19.
La actividad turística está estrechamente vinculada a la movilidad de personas, por lo que restablecer su comportamiento contribuye a la seguridad en cada Destino a partir del rediseño e implementación de prácticas higiénico-sanitarias asociadas a las nuevas condiciones post Covid-19.
En Cuba, la seguridad en el sector turístico forma parte del Plan de Seguridad Nacional, por lo que la reapertura de los servicios turísticos está relacionada con la eliminación de
los riesgos de propagación de enfermedades con características y alcance de epidemia. (YDG)