Tengo guardada en algún rincón de mi memoria una imagen de hace tiempo cuando era niño y en mi casa todos hacían silencio para escuchar la novela que al mediodía mezclaba amores imposibles , secretos de familia y maldades imperdonables con el olor intenso del ajo frito en aceite que salía por las ventanas del barrio a la hora del almuerzo.
Así fue como conocí a Marta Velazco. El nuestro si puede llamarse amor de novela. Me empeñaba en adivinarle un rostro. La imaginaba delgada y pálida cuando interpretaba alguna damita atormentada en un dilema que no se resolvería hasta el último capítulo.
A veces se me antojaba rubia y de ojos transparentes, otras una mujer severa y lejana. Todo estaba en su voz.
Pasó mucho tiempo y otro mediodía en vivo por esta misma frecuencia entrevisté a Marta. Entonces ya para siempre una inmensa de la radio cubana.
Los testimonios son grabaciones de ese momento. Un homenaje a esa gran actriz que falleció en La Habana en febrero de 2021 a los 95 años de edad.