Mayabeque, Cuba: Más que un oficio, la costura es un arte para vestir mejor, una larga trayectoria de puntadas dejado sus huellas en la humanidad.
De esto da fe Manuela Rodríguez Romero, una modista que tiene entre sus mayores satisfacciones haber vestido, en casi un cuarto siglo, a varias generaciones de meleneras y haber trasmitido sus conocimientos a otras tantas.
Entre abrazos y felicitaciones, tras su merecido reconocimiento en el espacio fijo Detrás de cada Mujer, del museo municipal de Melena del Sur, conversan sobre sus inicios.
En su plática no faltan las anécdotas de aquellos tiempos de aprendizaje, sus primeras confecciones, aquel ajuar que cosió con reservas pero que resultó todo un éxito y un estímulo para seguir en el oficio y por supuesto, la demanda de más de una melenera que gusta de personalizar sus prendas de vestir.
En Manuela, para muchos la mejor costurera de este sureño territorio, existe un matiz de nostalgia al expresar: “Ya no se aprecia el gusto por vestir una prenda diferente, bonita. Se ha ido perdiendo esa tradición, en momentos tan necesarios y muchas jóvenes no saben ni poner un botón”.
A las costureras se les dedica canciones, obras literarias relevantes, pinturas que enaltezcan el oficio. (LHS)