Antonio Maceo Grajales y Ernesto Che Guevara, nacieron en igual fecha, un 14 de junio, aunque en dos siglos diferentes. Ambos se convirtieron en brillantes jefes guerrilleros capaces de conquistar los más altos grados militares, de protagonizar hazañas y obtener las más sobresalientes victorias.
Maceo, como parte del Ejército Libertador y Che, del Ejército Rebelde, pelearon primero como soldados y después oficiales al frente de sus tropas, con muy escasos recursos y padeciendo innumerables vicisitudes contra adversarios poderosos bien entrenados, abundantemente pertrechados y muy superiores en número y a pesar de ello los enfrentaron con coraje y decisión, con las mismas armas que les arrebataban a los enemigos, en los combates.
Entre estos dos grandes hombres resultan múltiples los puntos en común: el origen social acomodado, la estricta educación familiar conjugada con los estudios y el contacto con el entorno rural que contribuyeron a la formación de su carácter y condición física.
Los viajes por el continente americano posibilitaron la estructuración de un sistema de pensamiento latinoamericanista que en el caso de Antonio Maceo se centra más en el contexto antillano y en Ernesto Guevara trasciende al internacionalismo.
Ambas figuras son dignos exponentes de la intransigencia y radicalidad revolucionaria, inmortalizadas a través de la expresión del Titán de Bronce durante la Protesta de Baraguá: “Guarde usted ese documento, que no queremos saber de él” y del material documental donde el Guerrillero Heroico expresa: “Al imperialismo, ni un tantito así”.
Tanto Maceo como el Che nunca perdieron la fe en el triunfo de la causa revolucionaria. Lamentablemente al Titán de Bronce no le fue dado contemplar la victoria que sí pudo ver el Guerrillero Heroico, quien tuvo la oportunidad de servir al Gobierno Revolucionario y al pueblo en diversas y complejas responsabilidades.(IVP)