Mayabeque, Cuba: Excelencia, emoción y monumentalidad de un Maestro inspiraron el Encuentro de Paisaje Domingo Ramos, organizado por la Asociación Hermanos Saiz (AHS) en Mayabeque (13 y 14 de junio), y cuya primera edición realizó una cruzada desde Güines hasta el litoral norte.
Y precisamente Güines, donde nació el pintor el 6 de noviembre de 1894 y murió en La Habana, 23 de diciembre de 1956, incubó la magia pictórica de Domingo Ramos Enríquez, ese que imantó al mundo al retratar los encantos de Cuba, la belleza de Viñales, grandeza luminosa de La Demajagua, del Hato de Caiguanabo y otros sitios de la Isla.
Aprendiendo las primeras letras, mostró un talento extraordinario para la pintura y una voluntad de roca para trabajar sin descanso.
Se graduó en San Alejandro, academia donde sería profesor y luego director. Ganó una beca del gobierno (1918) que le permitió ampliar su formación en Madrid, como alumno del pintor luminista Joaquín Sorolla. Miembro de la Royal Society de Londres, obtuvo los premios más importantes en salones y concursos de Cuba, Nueva York, España y varias ciudades de Iberoamérica, entre 1911 y 1942.
Sus gigantescos lienzos con paisajes cubanos decoran el Palacio Presidencial de Cuba, el Capitolio Nacional, numerosas instituciones culturales, bancos, residencias y varias colecciones de museos, galerías y fundaciones de arte.
Sobran, por tanto, motivaciones para honrar y aprender cada año del magisterio de Domingo Ramos, con encuentros creativos (no competitivos), que unan a los géneros de pintura (paisaje), body art, performance, escultura e instalación.
Esta edición inaugural, que reunió a once artistas, inició con la conferencia del crítico güinero y profesor de Arte José Luis González Almeida, titulada Rosas yacentes en el centro de la Virgen: el paisaje pintado durante el Gótico internacional (1375-1450). El tema, bastante inédito en el ámbito cubano, abordó elementos formales y conceptuales de la técnica paisajística desde el Gótico internacional hasta el Renacimiento.
Ana Julia Gutiérrez, metodóloga de creación en la Casa de Cultura Rafael García Bárcenas (Güines), confiesa que ha sido un proyecto largamente acariciado por muchos artistas y promotores, en especial el pintor Raúl Perdomo Benítez, quien ha bebido las esencias y la luz de Domingo Ramos. “A ese maestro del paisajismo cubano y universal hemos querido honrar con este evento que Güines le debía hace tiempo y donde se unen y participan jóvenes y consagrados.”
Justamente como muy necesaria es considerada la cita, porque enaltece nuestra tradición y fortalece el futuro.
Ese es el balance que reconoce Eduardo de la Cruz Guerra, miembro de la AHS y director de la Galería de Arte Arístides Fernández de Güines. “Llegar con el arte y una visión contemporánea a interactuar con las comunidades del territorio es lo más valioso. Pretendemos lograr una conexión con la población, aportar a la comunidad y a la vez, al crecimiento del artista, lo mismo en zonas rurales que urbanas. De aquí nacerán más y mejores proyectos; las obras creadas recorrerán las galerías de la provincia. Los artistas salen del taller y crecen en experiencias creativas y comunicativas. Por ejemplo, se proyecta un grupo para intervenir espacios públicos con murales, esculturas, instalaciones, etc.”
Legado de optimismo y energía el que nos deja Domingo Ramos. Amparados en su obra, se siente crecer los reflejos de Cuba, la luz de una isla que nos habita. (IVP)