Manuel María Rojo Pérez, Mayabeque en el Moncada.

Manuel María Rojo Pérez, hijo de una humilde familia campesina, nació en Nueva Paz el 15 de agosto de 1903. Sufrió desde muy temprana edad el desamparo y la miseria del hombre del campo cubano en la República Neocolonial.

Apenas pudo cursar los primeros grados, en una escuela rural, y desde niño realizó las más duras labores. Las penalidades de aquella vida conformaron su carácter, significando como riesgos de su personalidad junto a su buen humor, la valentía y decisión para afrontar cualquier circunstancia.

 La búsqueda de una solución para los graves problemas que aquejaban a la Patria, lo llevó a militar en las filas del Partido Ortodoxo donde desarrolló labores de propaganda.

En el edificio de la calle Prado, marcado con el número 109, en La Habana, Manuel conoció de los planes que se fraguaban para derrotar a la tiranía. Manifestó su resuelta decisión de formar parte de cualquier tipo de acción.

El 28 de enero de 1953, en conmemoración del centenario del Apóstol, participó en el desfile de las antorchas, homenaje del estudiantado cubano al actor intelectual de la gesta del 26 de Julio.

El día 24 de julio su esposa lo vio salir de su habitación, con un paquete de ropa. En la tarde tomó el tren a La Habana, después de una visita al departamento de Abel Santamaría para recoger los boletos del viaje, partió hacia Santiago de Cuba, en unión a otros revolucionarios de Los Palos y Nueva Paz.

Asignado al contingente dirigido personalmente por Fidel, una vez fracasada la acción, Rojo Pérez fue capturado y asesinado la tarde del mismo domingo 26 de julio. Fue encontrado posteriormente con su ropa destrozada y cubierta de sangre.

En la actualidad se muestran en el Museo de la Revolución, como ejemplo de la vida y accionar revolucionario de este humilde obrero agrícola. El neopacino es orgullo de Mayabeque. (LHS)