Noviembre viste de color naranja por el bienestar de mujeres y niñas, y es que pocas jornadas faltan para alzar nuevamente la voz en contra de cualquier manifestación de violencia hacia ellas.
La violencia de género no tiene rostro, raza, nivel cultural ni solvencia económica. Se manifiesta en todos lados y el ámbito laboral no queda exento de este flagelo. Lo que antes pasaba inadvertido hoy tiene visibilidad, y por fortuna, a partir de diciembre, se hará cumplir en todos los centros laborales cubanos.
Recientemente se publicó en el sitio web de la Gaceta Oficial de la República de Cuba, el Decreto 96 “Protocolo de actuación ante situaciones de discriminación y situaciones de acoso en el ámbito laboral”, que protege y aboga por un entorno laboral inclusivo y respetuoso.
El decreto promueve y garantiza la igualdad de oportunidades y el respeto a la dignidad de todas las personas, previniendo y sancionando la discriminación, la violencia y el acoso en el lugar de trabajo.
La normativa reconoce que la discriminación, la violencia y el acoso en el ámbito laboral constituyen una forma de violación de los derechos humanos, del principio de igualdad en el trabajo y una amenaza para la igualdad de oportunidades en el empleo; afecta la salud psicológica, física y sexual de las personas, su dignidad, su entorno familiar y social.
Mujer, siéntase segura, el Decreto 96 prohíbe en el ámbito del trabajo, la discriminación, la violencia y el acoso, por razones de sexo, género, orientación sexual, identidad de género, edad, origen étnico, color de la piel, creencia religiosa, situación de discapacidad, origen nacional o territorial, o cualquier otra condición o circunstancia personal que implique distinción lesiva a la dignidad humana. Las manifestaciones de discriminación constituyen una violación de los derechos laborales del trabajador y contra ello puede reclamar.
Con la implementación del Decreto 96, se busca garantizar la igualdad de oportunidades en el empleo y promover un ambiente laboral justo, inclusivo y respetuoso, en consonancia con los principios fundamentales de la Constitución. Esta medida representa un paso importante hacia la protección de los derechos laborales y el fomento de una sociedad más igualitaria y libre de discriminación.
De nada vale vestirnos un día de noviembre de color naranja si no somos conscientes que la eliminación de cualquier acto de violencia contra mujeres y niñas, es una lucha cotidiana. Todas merecemos un ambiente laboral seguro, y todos en la organización debemos asegurarnos que así sea.