La ciencia en nuestros campos

Desterrar la mentalidad importadora desde el surco constituye una urgencia ante la necesidad cada vez más acuciante de sacar mayor provecho a la tierra y producir alimentos, en base a los recursos endógenos.

Desde hace varios años es este un tema recurrente, el cual aguarda en el tintero, al menos en Jaruco. Cada día resulta más difícil desarrollar la agricultura, cuando los paquetes tecnológicos son limitados y la maquinaria agrícola, en gran medida, está envejecida, obsoleta o carente de piezas.

Son estas razones objetivas, ante las cuales no podemos cerrar los ojos o hacernos de la vista gorda, porque son el día a día de hombres y mujeres de campo. Sin embargo, las entidades vinculadas a la investigación nos muestran un nuevo sendero a transitar en busca de alimentos, dejando atrás la aplicación de pesticidas y otros químicos.

Felicia Mesa Pérez, productora de la Cooperativa de Créditos y Servicios Raúl Hernández, tras estrechar vínculos con especialistas del Instituto Nacional de Ciencias Agrícolas, la Universidad Agraria de la Habana y Centros Reproductores de Entomófagos y Entomopatógenos, es un ejemplo a seguir en el empleo beneficioso de la agroecología en cualquier tipo de cultivo.

Los altos rendimientos productivos de las tierras de Nelvis, campesina de Tumba Cuatro, son otra muestra de cuánto influyen las buenas prácticas en la protección de los suelos, evitando su erosión y el cuidado con la semilla. Ambas mujeres, aplican la ciencia y la técnica en pos de autoabastecer a sus familias y también contribuir con el sustento económico.

Todavía hay muchos productores en Jaruco que no conocen o se resisten al empleo de productos como por ejemplo la agromena, abono natural formulado en la Unidad Empresarial de Base Gustavo Machín a partir del uso de materia orgánica combinada con minerales como la zeolita y el carbonato de calcio, empleado eficazmente y muy demandado por entidades del sur de Mayabeque para ser aplicado en sembrados de arroz, frijol, maíz y hortalizas.

Otra reserva no menos importante, radica en la biomasa de marabú, la cual debe intencionarse con mayor fuerza en la fabricación de carbón vegetal para incrementar su consumo nacional y exportación. Al mismo tiempo, permite la limpia de áreas infestadas de maleza para su posterior puesta en explotación para la obtención de comida.

En las Cooperativas de Producción Agropecuaria Amistad Cuba-Cambodia y Benito Juárez del municipio, deviene prioridad elevar las toneladas de caña por hectáreas. Eso solo se define en el campo, partiendo de la correcta selección de la semilla y el cumplimiento de la atención cultural programada.

En los tiempos que corren donde todo está encarecido y las limitaciones cada vez son más acentuadas, resulta ineludible incrementar la siembra de alimentos y desde lo interno satisfacer las necesidades de sustento. Jaruco es un municipio agrícola, con potencialidades por aprovechar en beneficio del bien común.

El empleo de la ciencia tiene que ser una constante de marcado interés para todos. Abrirse a ella es el camino de los productores. También llevarla hasta la finca, sacarla del laboratorio, convencer y enseñar es el deber de quienes la conocen y dominan.

Es la producción de alimentos un asunto de alta urgencia que se resuelve en el surco con ciencia y tradición para que esta unión tan necesaria sea utilizada por la mayoría y deje de tener como ejemplo a unos pocos. (rda) (Tomado de Radio Jaruco)

Nileyan Reyes Miranda