El séptimo mes del año transcurre sin la algarabía característica de julio por coincidir con la etapa estival y la alegría que reina durante el verano.

Es el segundo año consecutivo en que la pandemia de Covid-19 cambia el panorama en Mayabeque y en toda Cuba.

El plan de verano con múltiples opciones para el disfrute colectivo en instituciones culturales y recreativas ha quedado atrás.

Hoy el escenario es otro y las redes sociales se hacen eco y opción para acercar las propuestas culturales a los diferentes públicos. La casa es ahora el lugar para desarrollar la imaginación y buscar alternativas que permitan el disfrute en familia.

Es cierto que la pandemia se ha prolongado, que hay estrés y necesidad de distracción, pero nada justifica poner en riesgo la salud. Estar sanos ya es motivo suficiente para disfrutar el verano aunque sea diferente y adaptarnos a la nueva realidad.

La programación televisiva, los juegos de mesa, la lectura y otras muchas iniciativas pueden realizarse desde casa en la etapa.

Es cierto que extrañamos las fiestas, la playa, los parques de diversiones, las reuniones con familiares y amigos, pero que todo eso vuelve a ser parte de nuestras vidas pronto depende de la responsabilidad con que actuemos hoy.

Vivamos el verano a plenitud, actuemos con disciplina y disfrutemos de estar en familia en casa protegidos y amándonos. Eso significa apostar por un futuro sin riesgos con salud cuando juntos podamos celebrar la vida. (BSH)

Maria Amalia Pérez

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