Desarrollar y/o fortalecer la educación en valores, constituye uno de los desafíos más importantes en la formación de los jóvenes, tanto en el hogar como en las escuelas.
Según el maestro en Investigación y Desarrollo de la Educación, Gerardo Mendive Michelini, la familia tiene una posición respecto a la educación y por medio de su dinámica interna opta por lo que cree más conveniente para su hijo. A través de la familia, los jóvenes no solo reciben la herencia genética sino la cultural que los padres transmiten a sus hijos, también la fe, ideologías, tradiciones, costumbres, afinidades, aversiones, etc.
La tarea de la escuela y más específicamente del maestro, tiene un compromiso y una gran responsabilidad en la formación de valores, lo cual no debe quedar reducido a actividades ocasionales, por el contrario los profesores deben programar experiencias que favorezcan al autoconocimiento, la reflexión y la práctica activa y consciente, en torno a los valores dentro de los diferentes contenidos de las asignaturas que imparte.
La educación es la fuente de los valores donde se aprenden las grandes virtudes. Su importancia consiste en que cada individuo logre su propia autodeterminación como persona. Esta tarea no es posible sin la cooperación de las instituciones educativas. (LHS)