Un hecho inusitado y soberbio se llevó a cabo un día como hoy en el año 1869. La única causa: el deseo sublime de la verdadera libertad de Cuba.
El suceso sangriento fue perpetrado en el teatro Villanueva en la calle Morro, de Ciudad de la Habana, por el cuerpo de voluntarios contra los criollos que aclamaban por la independencia, por la cual peleara Céspedes en su lucha iniciada aquel 10 de octubre de 1868.
Los voluntarios desataron la violencia contra los amantes de la libertad en aquella función de la compañía de Bufos Habaneros, la cual se desarrollaba a sazón de los hechos. En medio de la ovación de Viva Cuba Libre y Arriba la Independencia, se oían tiros y se observaban golpes al aire de los represores para aplacar los ánimos de patriotismo de los jóvenes criollos. La detestable función dejó tres muertos y varios heridos.
En homenaje a los inocentes caídos durante tan terrible atrocidad y por aquellos que en acto de valentía defendieron la liberación de un pueblo oprimido, esta fecha fue declarada en 1980 el Día del Teatro Cubano. Desde ese entonces el teatro se hizo nación.
Según aseguró el historiador cubano Emilio Roig, en el Villanueva las obras y canciones que se ofrecían eran visadas por la censura pero los actores se encargaban de darles a las palabras y frases de doble sentido la intención patriótica oportuna. Eran por tanto, los artistas, otros de los portavoces de la libertad, defensores de las víctimas de la Cuba oprimida.
Martí, otro de los grandes de nuestra historia aludió al hecho en su poema Abdala en el cual describe la resolución de un joven para defender la libertad de su tierra natal aunque le cueste la vida. (IVP)