Educar a nuestros hijos bajo las normas del respeto y el buen trato a los demás, es una conciencia moral que debe tocar a todos por igual. Un proceso que inicia en el entorno familiar y cotidiano pero que se extiende a cada una de las esferas de la sociedad.
Todos debemos sentirnos comprometidos en la formación de los más pequeños; hoy las escuelas se enfrentan ante un reto, debido a que las nuevas generaciones de padres delegan más que nunca esta responsabilidad en los maestros.
Educar a los hijos no es una tarea sencilla. El buen ejemplo, el respeto y el trato hacia otros son las principales consideraciones a tener en cuenta a la hora de inculcar buenos valores en nuestros niños.
Esta tarea consiste en formar ciudadanos de bien, en trasmitirles valores socialistas y humanistas como los que profesamos en nuestra tierra para que en un futuro se conviertan en esos hombres valerosos y honorables, esos que tanto necesitamos en este mundo de miseria y deslealtad. Debemos capacitar a nuestros hijos para luchar, para comprender, para perdonar, para ser mejores seres humanos, para amar.
La máxima del Apóstol fue hecha realidad en nuestra revolución donde es depositada toda la confianza en los seres del mañana, son los niños cubanos esos pinos nuevos de Martí que sacarán adelante la patria forjada por Fidel.
En nuestro país es un deber de los adultos cuidar a nuestros niños y niñas, educarlos bajo las normas del respeto y el desinterés en igualdad de condiciones y oportunidades para todos. Siempre trabajando para que nunca sean violados sus derechos y libertades.
De esta manera, nuestros pequeños no saben lo que es vivir en una infancia sin abusos, discriminaciones o violencia pues en nuestro pueblo se lucha por proteger y velar por sus derechos. (BSH)